Nueva York.- Sergio Vargas y Yiyo Sarante agotaron aquí el primer tramo de sus respectivas giras con gran éxito.
De las manos del empresario Vidal Cedeño, Vargas y Sarante han recibido un sólido apoyo en cada uno de los escenarios el pasado fin de semana. Sergio arribó primero a Estados Unidos, de hecho aprovechó la celebración del Día de San Valentín y luego se montó en las fiestas-conciertos para celebrar por adelantado el Día de la Independencia dominicana.
El Negrito de Villa celebró el reencuentro con sus compatriotas. Un extenso repertorio sustenta sus más 30 años en la escena. Una generación que creció escuchándolo se dejó llevar por su puesta en escena que se desarrolló en la discoteca Salsa con Fuego, así como una actuación especial el domingo abordo del barco Infinity que parte del muelle 40 del bajo Manhattan. En ambos lugares compartió el escenario junto a Yiyo Sarante.
La función del domingo la abrió el intérprete de La ventanita. Una temperatura a punto de congelación no impidió que los parroquianos llenaran a capacidad el yate. El alcohol etílico, el vino y el baile se encargaron de calentarlos de buena manera…
El lugar no acoge a muchas personas. Por esa razón, según contaron los organizadores, los artistas realizan una dinámica que integra al público. Y en eso nadie le gana a Sergio Vargas quien de inmediato fue entablando comunicación estrecha con los que llegaron al proscenio, mientras violaron la seguridad para estar al lado de su ídolo y de esa forma no perder el chance de que los llamara a escena.
Sergio es sin duda un artista privilegiado. Sin una composición pegada en la radio o en las plataformas digitales, el popular merenguero maneja a su antojo a sus seguidores. “Estamos muy felices de reunirnos con ustedes… gracias por estar aquí apoyándonos”, dijo
Clásicos como La quiero a morir o Vete y dile, entre otros son una apuestas que no faltaron en la jornada del pasado domingo.