Publicado en Nacionales, hace 3 horas
Haití está sumergido desde hace varias décadas en una inestabilidad política crónica que ha provocado una grave crisis de seguridad. La situación de pobreza y la violencia empujan a los haitianos a abandonar el país, muchos eligen instalarse en República Dominicana. Se estima que hay entre 500 mil y 1 millón residiendo en el país vecino.
“La República Dominicana tiene un hermano siamés del cual no puede desprenderse porque comparten una isla. Entonces, lamentablemente, siendo Haití un país tan pobre, ahora golpeado por las bandas criminales, que son quienes tienen el dominio de esa nación, ellos continuamente están migrando hacia la República Dominicana y uno de los grandes problemas es que tenemos una cantidad extraordinaria de haitianos indocumentados ilegales en el país”, explica Luis Yépez Suncar, abogado, escritor y especialista en derecho constitucional.
Con el tiempo este flujo migratorio constante se ha convertido en una carga para el país caribeño, por lo que el presidente, Luis Abinader, “tomó la decisión de que fueran deportados ilegales e indocumentados, porque el que está de manera regular en el país no tiene ningún problema. Lo que pasa con el pueblo es que ellos ni siquiera tienen en su propio país documentación que los identifique. Es decir, ellos no tienen siquiera un registro civil”, apunta el abogado Yepez Suncar.
A pesar que organizaciones de derechos humanos afirman que la política de inmigración de la República Dominicana es “racista y xenófoba” y que las expulsiones de los migrantes haitianos están plagadas de abusos y falta de garantías procesales, Paola Corniel, abogada migratoria consular dominicana, afirma que no todo el trato es negativo y pone algunos ejemplos como cuando las haitianas acuden a los hospitales para dar a luz. Asegura que son atendidas y “no son rechazadas en ese sentido”. También dice que hay oportunidades de empleo porque al visitar “Cap Cana, que es una de las zonas de más prestigio en la República Dominicana, me topé con la sorpresa de que muchas de las personas que trabajan dentro de esos hoteles y fuera son inmigrantes haitianos”.
El presidente dominicano ha afirmado que continuará con su política de deportaciones masivas. Lo cierto es que la tensión entre migrantes y dominicanos sigue creciendo en la isla, avivando rencores y sentimientos nacionalistas exacerbados.