Publicado en Espectáculos, hace 3 días
Santo Domingo.- Treinta y ocho años después de su muerte, Julio César Matías (Pololo) sigue vivo en la memoria del arte popular dominicano, a pesar de los grandes cambios que ha sufrido la sociedad.
Pololo era un humorista genuino y orgánico, que hacía reír con gracia y donaire de campo. Nacido en Jarabacoa en 1934, le corría el humor por las venas y es uno de los pioneros del humor televisado. Falleció el 30 de diciembre de 1986, un día como hoy, hace justamente treinta y ocho años.
Le llamaban ‘El poeta’, acaso por sus grandes dotes de declamador a las que unía sus ocurrencias legendarias y clásicas, que marcaron a su generación. Su compañera de vida fue Ligelia Ruiz Guigni. Permanecieron 30 años juntos (1956-1986).
Pololo entró a trabajar como locutor a principios de los años cincuenta, e hizo estudios de arte dramático en la Escuela de Bellas Artes. Luego se graduó de agrimensor, dedicando a esta actividad largos años de su vida.
En 1958 ingresó a La Voz Dominicana haciendo el personaje de “Felipito“, un joven campechano y casi ingenuo, el típico chico de campo. Más adelante asumió el personaje de “Pololo”, por el que principalmente ha pasado a la historia. Ese personaje representa al “campesino” que va a la ciudad y se adapta a la vida urbana.
Tuvo casi tres décadas de humor activo, desde finales de los cincuenta hasta su muerte en 1986. En todo ese tiempo participó en programas como “Cosas de mi tierra”, “Cecilia y Solano”, “El Show del Mediodía“, “El Calientísimo del 9”, “La familia Sinforosa” y “El Show del 4”.
Versátil y polifacético, fue actor en radionovelas como “Kazán, el cazador”, donde hizo el personaje principal. También hizo un papel en la película “Cañabrava“, junto al gran mexicano Javier Solís.
Es recordado como el creador de frases originales y espontáneas que quedaron grabadas en el gusto popular. Calles de Santo Domingo llevan su nombre.