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Confundiendo costos en punta catalina

Publicado en Económicas, hace 6 años

Santo Domingo.- El pasado jueves 4 de octubre el administrador de la central termoeléctrica de Punta Catalina, doctor Jaime Aristy Escuder, publicó un artículo en este diario titulado “Sobre el costo de Punta Catalina” que, según mi humilde entender, podría confundir, más que aclarar a los lectores interesados, en conocer la composición y monto de los costos de construcción de la central. En los siguientes cuatro puntos transcribo y hago comentarios críticos a algunos de los errores referidos por el administrador.

1) Según el Administrador “El segundo error consiste en sumar los intereses (y comisiones) al valor de la inversión de capital. Los intereses constituyen el costo que hay que pagar para poder usar por adelantado recursos que no se tienen en el presente. (Ö). Por lo tanto, no es parte del valor de ese activo”.

Este párrafo indica que el administrador de Punta Catalina confunde el concepto inversión total de capitales en la construcción de una planta eléctrica, con el de costo overnight total (Total Overnight Cost, TOC). El TOC es la inversión total en una obra sin incluir los intereses ni comisiones financieras, es decir, como si se tratara de una construcción que se realiza de un día para otro (overnight), donde el tiempo no cuenta y por tanto no habría intereses que pagar.

El costo overnight es útil para estimaciones y comparaciones de costos entre dos o más proyectos similares, puesto que incluye las inversiones en bienes estándares como maquinarias, equipos, contratos, entre otros, excepto los costos financieros, que son muy difíciles de comparar entre proyectos levantados en realidades disimiles y por inversionistas diferentes. El precio del contrato de EPC de Punta Catalina es un típico ejemplo de costo ‘overnight’ puesto que el contrato, no paga intereses, pero sí el Gobierno por el dinero que tomó prestado para pagarles el contrato a Odebrecht y sus consorciados.

Ahora bien, en cualquier caso, el costo total de capitales invertidos en la obra será siempre la suma del costo total ‘overnight’ más los costos financieros asumidos durante la construcción. Los costos financieros incluyen los intereses, las comisiones bancarias, la prima de seguro y las consultorías relacionadas. El monto total de estos costos asciende a varios cientos de millones de dólares en una obra como Punta Catalina. Por ejemplo, la oferta de financiamiento por US$847.3 millones hecha inicialmente por el USEximbank incluía una comisión o prima de seguro por $106.3 millones. Esta oferta fue retirada a última hora, el 12 de diciembre del 2013.

La oferta de financiamiento del pool de bancos europeos por US$632.5 millones incluía el pago de una comisión de seguro por US$82.5 millones, y ocurre igual con otros préstamos.

Como puede apreciarse, si a las comisiones de seguros les sumamos los intereses por el capital prestado entonces caeríamos en la cuenta de que se trata de una gran suma y que sería un absurdo económico no incluirlo como uno de los componentes del costo total de Punta Catalina.

Otro ejemplo. Para comprar las dos calderas y equipos auxiliares de la central de Punta Catalina, el Gobierno/CDEEE transfirió en 2014 al consorcio encabezado por Odebrecht la suma de US$313.8 millones, según la Oferta Económica y el Cronograma de Pagos por Hitos del contrato; sin embargo, los intereses derivados de esa suma (asumiendo que fuera conseguida mediante un préstamo) no lo pagará el contratista al banco, sino el Gobierno que habría tomado el préstamo a su entera garantía, por lo que en su contabilidad el costo final de esas calderas será igual a la suma de US$313.8 millones entregados a Odebrecht, más el monto pagado en intereses y comisiones del 2014 al 2019 cuando la central se espera comience a producir y vender energía.

Pero, lamentablemente, según la extraña contabilidad del administrador de Punta Catalina, esos gastos financieros no cuentan como costos de construcción de la central.

Se trata de una confusión elemental e innecesaria, puesto que bastaría con acudir a sus colegas de las empresas  AES Andrés, EGEHAINA, EGE ITABO, Monte Plata Solar, etc., para averiguar si en los costos totales de inversión para la construcción de sus respectivas plantas generadoras dejaron fuera – asignado a nadie – el dinero gastado en los intereses y las comisiones bancarias durante los años de construcción.

O, debido a su conocida vocación académica, el Administrador puede consultar los manuales más respetados sobre cálculo de costos de capital en un proyecto eléctrico. Por ejemplo, en el libro “Te Economic Future of Nuclear Power” (2004), de la universidad de Chicago,  en la página 3-17 se afirma textualmente:

“Construction interest cost are clearly an important component of the total capital cost.”

De igual manera, en el manual “NETL Power Systems Financial Model User Guide”, diciembre 2008, página 16 y 18 se expone con claridad el rol de los intereses en la inversión total de capitales en una planta eléctrica. El NETL, National Energy Technology Laboratory, es el principal centro del  Gobierno de Estados Unidos para cálculos de costos de construcción de todo tipo de plantas eléctricas.

2) “El tercer error consiste en incluir en el valor de la inversión los costos hundidos. (Ö). Por ejemplo, los costos incurridos en asesorías o consultorías para determinar la viabilidad técnica y financiera de un proyecto (Ö) (JAE)”

En todo proyecto el inversionista tratará siempre de recuperar todos sus costos. En su contabilidad no existe el renglón “costos hundidos”, incluyendo los estudios de factibilidad y consultorías, puesto que para llevar a cabo la obra estos son casi tan importantes como los relativos a rubros materiales.  Los costos del contrato  adjudicado a Stanley¥s Consultants para el diseño de las especificaciones técnicas de la central, así como los asociados al estudio de impacto ambiental y las asesorías legales, entre otros, son costos imputables a Punta Catalina y solo podrían ser considerados hundidos si el proyecto se abandonara, que no es el caso. En todos los manuales y reportes de proyectos reales esos costos son parte del costo final de la planta y no se denominan hundidos, ni perdidos, sino “soft costs”.

3) “Lo verdaderamente importante y veraz es que la CDEEE defenderá ante el tribunal arbitral de Estados Unidos la naturaleza llave en mano del Contrato EPC, y que el precio definitivo es de US$1,945 millones”.

Se trata de una afirmación patética, puesto que se pretende hacer creer que el “precio definitivo” del contrato de EPC será de US$1,945 millones sin explicar quién está cubriendo los extraordinarios costos adicionales que se derivan de un año exacto de retraso, trabajando a tiempo completo y costeando mano de obra, energía, materiales e  intereses bancarios, en una obra cuya “Fecha Garantizada de Entrega” era el pasado 7 de octubre del 2017. Esos costos extras ascienden a varios cientos de millones de dólares y ni están contemplado en los 1945 del contrato ni será solamente Odebrecht que lo pagará. Entonces, nadie le creerá que el “monto definitivo” será US$1,945 millones.

4) “Ese acuerdo [Acuerdo de contingencia] indica que los pagos se realizarán en función de la ejecución de las obras remanentes, estableciendo penalizaciones adicionales contra el Consorcio ascendentes a US$220,000 por día si el Consorcio incumple con las fechas de entrada de operación de cada una de las unidades de generación”.

Nadie creerá la advertencia del Administrador, puesto que el pasado domingo siete se cumplió un año de retraso en la entrega total de la central y a pesar de que dicha falla está sujeta a penalización de hasta un 10% del costo del contrato, hasta la fecha ni el administrador de la CDEEE ni el de Punta Catalina han hecho un solo reclamo al respecto a Odebrecht.

¿Quién nos garantiza entonces que ahora se cumplirían esas “penalizaciones adicionales”?
Consecuencias

En resumen, se trata de confusiones extrañas debido a que el tema debe ser elemental y de pleno dominio para un connotado especialista en economía y finanzas .

Para el pueblo, esa confusión implica el riesgo de que se haga una poda de costos de la central hasta llevarla al mercado para venderla a empresarios privados a “precio vil”.

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