Publicado en Todo Incluido, hace 10 años
¡Hay mamacita! Ahora sí me estoy metiendo en camisa de once varas. Esto lo digo porque voy a tratar temas que en nuestra media isla se hacen indisolubles y cubren con el lodo de la indecencia a los mismos personajes. Pero eso sí, ¡quése atrevauno a señalar a alguien en relación con estos hechos!, porque aunque tengan las caretas con cachos, los fuetes y espejitos,pelearán y se defenderán diciendo que no son ni han sido nunca “cachuas”.
Históricamente, y en reiteradas ocasiones, se han denunciado hechos en los cuales se señalan a “funcionarios”, a “servidores públicos” y a ciudadanos, involucrados en actos indebidos de corrupción, de coger lo ajeno, de tráfico de influencias, por tráfico de drogas, por nepotismo, de prostitución moral y compra de conciencia, etc. Todas esas miserias humanas sancionadas por la Constitución, las leyes y la decencia.
Sin embargo, solo se conocen algunos casos, que por el interés político, partidario y coyuntural, se han llevado a los tribunales y se ha “logrado” un “tipo de sentencia”. Nos referimos al sometimiento del ex Presidente Jorge Blanco, al de Báez Figueroa, Álvarez Renta, Quirino, Florián y unos cuantos más. La gran mayoría de los casos más sonados se han quedado en la impunidad, dentro del trompo giratorio de la hipocresía, la inmoralidad compartida y la absurda y estúpida politiquería.
Ahora salen a la luz pública situaciones relacionadas con hechos bochornosos que avergüenzan solo a las personas decentes y con responsabilidad social. Porque los inmorales e irresponsables asumen que esas son cosas que no se deben tocar ni con el pétalo de una rosa. Para ellos, es una mala palabra hablar de esas cosas porque se les daña el festín en el cual pueden salir beneficiados ose les sacan los trapitos sucios, muy sucios, que tienen guardados en sus haberes.
– Hoy se habla de los manejos, indebidos y comprobados por la Cámara de Cuentas, que hizo el señor Pedro Corporán del IDECOOP a los fondos de esa institución, así como del nepotismo realizado con muchos miembros de su familia.
– Se señala el acto de soborno publicado en el periódico estadounidense Wall Street Journal el martes 23 de septiembre de este año, por la compra de aviones Súper Tucano por parte del gobierno dominicano a una empresa brasileña,en la cual se involucra supuestamente a un senador y al ex oficial Carlos Piccini Núñez. Este oficial fue cancelado en el 1999 por estafas, cheques sin fondos y abusos de confianza. Pero como dicha del destino se le reintegra como coronel full en el 2009, por recomendación del Mayor General Rafael Peña Antonio y se le encarga de Proyectos Especiales para manejar la compra de los Súper Tucano y otras compras.
– Se lleva a los tribunales el caso del ex Ministro de Obras Públicas, el Ing. Víctor Díaz Rúa, por quince cuentas bancarias ocultas y unos 287 millones de pesos retenidos ilegalmente, y supuestas anomalías por unos 60 mil millones de pesos durante su gestión en el ministerio. Todo esto sustentado en base a investigaciones del organismo que tiene la responsabilidad de auscultar las instituciones públicas.
– Se extradita a EE.UU. al ex coronel Francisco Antonio Hiraldo Guerrero, quien fungiera como jefe de Operaciones de la DNCD en el período 2006-2008. Se le acusa decuatro cargos por narcotráfico, en hechos ocurridos desde el 2001 al 2009, constituyéndose en agente del narcotráfico internacional.Su posición le permitía, proveer a grandes cargamentos de cocaína de más de una organización criminal narcotraficante, de toda la protección necesaria para el ingreso exitoso de droga a la República Dominicana, facilitando posteriormente su salida hacia territorio estadounidense. Se hablade unos 25 viajes con promedio de 400 kilogramos de cocaína por viaje durante el período 2007-2009, lo cual le representaba un beneficio económico de 100 mil dólares por viaje para el ex coronel.
– Lo último que está en los medios es la acusación contra el Senador Félix Bautista poratentado contra la Constitución, falsedad de escritura pública, falsedad de escritura privada, uso de documentos falsos, prevaricación, desfalco, y, asuntos incompatibles con la calidad de funcionario público.También se le acusa de lavado de activos provenientes del tráfico ilícito de drogas y sustancias controladas.Se señala una fortuna de más de 3 mil millones de pesos en dos años, del 2010 al 2012.
En este lodazal e inmundicia aparecen aprestos, por lo menos aparentes, desde la Procuraduría de la República y desde la Fiscalía de Santo Domingo (ésto, sin tomar en cuenta las opiniones de algunas personas, de que son allantes y teatros) para colocar esos hechos donde deben estar, en los tribunales.
De inmediato se han levantado diputados (¿representantes delosciudadanos?), senadores (¿representantes del pueblo?), comunicadores (¿de opinión “pública”?), periodistas (¿de a tanto por línea?) y lo último (¿?), unos “complotados juristas”, oh perdón, unos connotados juristas haciendo todo lo indecible para detener lo que se cree que puede ser una avalancha que se podría llevar por delante a los hipócritas, corruptos, ladrones y los prostituidos que esperan disfrutar del pastel del soborno.
Para los personajes comprometidos con la indecencia e inmoralidad, no existe vergüenza en pregonar su adhesión a los peores intereses y a las más aberrantes e innobles causas. Se conoce que históricamente, los partidos dominantes, cuando son atrapados por la codicia y los grupos de intereses, se vuelven antinacionales.
Un líder socialista plasmó la siguiente sentencia en tiempos pasados:“cuando un líder o dirigente tiene dentro de sus mejores aliados y servidores al lumpen proletariado (al tigueraje) es porque es un traidor para todas las buenas causas”.
Voltaire, quien fuera escritor, historiador, filósofo y abogado francés y quien figura como uno de los principales representantes de la Ilustración (período que enfatizó el poder de la razón humana, de la ciencia y el respeto hacia la humanidad), sentenció lo siguiente “Los que creen que el dinero lo hace todo, suelen hacer cualquier cosa por dinero”.
Volveremos con el tema.
Rafael Matos Féliz