Publicado en Deportes, hace 10 meses
Santo Domingo.- Si a Billy Beane, jefe de operaciones en los Atléticos del Moneyball de 2002, se le atribuye haber marcado el punto de quiebre para que el béisbol se volcara a la analítica a Daryl Morey, gerente de los Rockets en 2006, se le suele dar el crédito de cambiar la mentalidad de los ejecutivos y técnicos en la NBA para dar luz verde a los disparos de los tiros de tres.
A Beane lo convenció, a pura matemática, Paul DePodesta, un discípulo de Bill James, considerado el padre de la sabermetría. A Dorsey fue Dean Oliver, otro alumno de James, quien fuera el primer consultor estadístico a tiempo completo de la NBA, con los Seattle Sonics de la temporada 2004-2005.
Desde entonces, el uso del triple se disparó a un ritmo que no parece tener techo.
En una victoria 103-95 de los Sonics sobre los Sixers en 2004, el quinteto de Washington hizo 39 lances de tres y 38 de dos, la primera vez que ocurrió en la liga. Fue el box score que Oliver tomó para sostener sus tesis, una que Dorsey asumió; un equipo que realiza 30 triples solo requiere la efectividad del 33% para conseguir la misma anotación (30) que si hiciera esos disparos dentro del arco, donde necesitaría un 50%. Menor riesgo.
Cuando LeBron James llegó a la liga (2003-2004) los equipos realizaban 14.9 tiros de tres. La campaña actual roza los 35, un tramo donde llegó (2010) el máximo anotador de la historia, Stephen Curry.
¿Se tira demasiado?
Sin embargo, dos profesores de la Universidad de Syracuse tratan de remodelar la forma en que los equipos ven los triples.
En un artículo titulado “Estimación de la eficiencia de la selección de tiros en la NBA a partir de agregaciones de gráficos de tiros verdaderos y continuos: un enfoque de modelo aditivo generalizado”, Shane Sanders y Justin Ehrlich analizaron siete temporadas con gráficos de tiros y descubrieron que el valor de uno de dos puntos es mayor que el valor de un triple cuando se tienen en cuenta los tiros de falta.
“Descubrimos que llegaron demasiado lejos en la revolución de los tres puntos, y yo diría que es necesario reducir de leve a moderada”, dijo Sanders a USA TODAY Sports.
Al observar datos extensos de las tablas de tiros desde 2016-2017 hasta 2022-2023, Sanders y Ehrlich descubrieron que el valor esperado de un intento de dos vale 1.096 puntos y el valor esperado de un intento de tres fue de 1.083 puntos en la temporada 2022-23. El valor real, que tiene en cuenta los tiros libres, de un tiro de dos es de 1,181 puntos y el valor real de un tiro de tres fue de 1,094 en la misma campaña.
En el proceso han creado una nueva tabla de tiros para equipos que incorpora tiros fallidos que incluyeron una falta pero que no se cuentan como intentos de tiro en los porcentajes de campo. Juntos, encontraron respuestas que podrían impactar la próxima ola de estrategia de baloncesto.
El estudio es finalista en el concurso de trabajos de investigación 2024 en la prestigiosa Conferencia Sloan Sports Analytics del MIT hoy y mñana en Boston.
La conferencia está encabezada por los cofundadores y copresidentes Daryl Morey, presidente de operaciones de baloncesto de los Philadelphia 76ers, y Jessica Gelman, directora ejecutiva de Kraft Analytics Group. Estos artículos de investigación pueden ser influyentes y tener implicaciones potenciales sobre lo que sucede en la evolución de los juegos. Además de presentar su artículo, Sanders y Ehrlich lo enviaron al personal de análisis de los equipos de la NBA.