
Publicado en Nacionales, hace 8 meses
Santo Domingo.- El excónsul de Haití en la República Dominicana y director ejecutivo de la Fundación Zile, Edwin Paraison, calificó como “explosiva e insostenible” la crisis que atraviesa su país.
Advirtió que el control territorial por parte de bandas armadas, el colapso institucional y la ausencia de una respuesta internacional efectiva han llevado a Haití al borde del colapso total.
Paraison alertó que las bandas criminales dominan cerca del 90 % del territorio de Puerto Príncipe, incluidas zonas estratégicas como los accesos a puertos y puntos fronterizos.
“Estamos ante una situación insostenible, no solo para el pueblo haitiano, sino también para toda la región”, sostuvo, según señala una nota de prensa.
El exdiplomático denunció que las armas utilizadas por las bandas provienen casi exclusivamente de Estados Unidos, particularmente del sur de la Florida. Afirmó que, aunque las autoridades estadounidenses reconocen esta realidad, no han implementado medidas efectivas para detener el flujo ilegal de armamento.
También confirmó que la frontera con República Dominicana ha sido utilizada como ruta de tráfico, pese a los esfuerzos del Estado dominicano por combatirlo. Incluso mencionó casos documentados en los que miembros de la policía haitiana participaron en el contrabando de armas. “Algunos oficiales han sido parte del negocio. Las bandas están armadas hasta los dientes y bien financiadas”, indicó.
Paraison destacó que grupos como Katsamawozo han tomado control de puntos comerciales clave en la frontera, como Jimaní-Malpaso y Elías Piña-Belladère, donde imponen “peajes” a los comerciantes. Las madamsara, mujeres dedicadas al comercio informal entre ambos países, han sido víctimas de ataques armados, lo que ha reducido dramáticamente la actividad económica en esas zonas.
“Una de las bandas más notorias, liderada por Izo, incluso reclamó públicamente una operación en Mirbalais porque le tumbaron un cargamento de armas que venía desde República Dominicana”, relató.
El director de la Fundación Zile aseguró que el origen de muchas de estas bandas está vinculado al sistema político haitiano. En sus inicios, explicó, fueron utilizadas por políticos como fuerzas de seguridad informal, y posteriormente por empresarios que pactaban con ellas para proteger sus negocios en zonas inseguras.
Con el tiempo, estos grupos ganaron poder e independencia, escapando del control de sus antiguos patrocinadores.
“Desde el martelismo y con Jovenel Moïse se intentó formalizarlos, incluso se planteó la creación de una federación de grupos armados con asesoría de la ONU. Pero el resultado fue contraproducente: hoy se imponen al Estado”, aseguró.
Paraison también criticó la ineficacia de la misión internacional liderada por Kenia y respaldada por El Salvador. “Los grupos siguen ganando terreno, incluso se han adueñado de emisoras de radio como Radio Panic, en Mirbalais, justo frente al consulado dominicano”, denunció.
En cuanto al Consejo Provisional de Transición, que actualmente intenta gobernar Haití, expresó dudas sobre su capacidad para restablecer el orden y organizar elecciones. “No es realista pensar que puedan cumplir con su mandato en tan poco tiempo. Un proceso electoral serio toma mínimo dos años de preparación, y ya estamos a mitad de 2025”, advirtió.
Pese a la violencia, Paraison destacó que la vida cotidiana persiste: comerciantes informales y trabajadores continúan saliendo cada día a “buscarse la vida”, aunque lo hagan en un contexto de extrema inseguridad, donde en cualquier momento pueden ser víctimas de tiroteos, secuestros o asesinatos.
“Aunque la ciudad funciona, es como una moneda con dos caras: una vida que resiste y un caos armado que domina”, reflexionó.
Finalmente, hizo un llamado urgente a la comunidad internacional para no abandonar a Haití. “Mientras hay recursos para guerras en otras partes del mundo, se nos dice que no hay más para Haití. Eso no es justo”, concluyó.