Publicado en Todo Incluido, hace 1 mes
En la cumbre del G20 celebrada en Río de Janeiro en los pasados días 18 y 19 de noviembre, se habló del cambio climático, de guerras, hambre, impuestos a las grandes fortunas, Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, y de destinar el 1% del gasto militar mundial a financiar la reforestación.
En esa cumbre se evidenció que los anglosajones del G20 son antagónicos al pensar de los latinoamericanos, respecto a la manera en que estos (estadounidenses y europeos), abordan la solución a la problemática mundial que plantean las guerras, el cambio climático, la política económica de los estados, las emigraciones masivas y las relaciones internacionales, entre otras cuestiones sumamente importantes.
En este contexto, mientras los latinoamericanos abogamos por la terminación de las guerras y el neoliberalismo para lograr la paz y un mundo más justo, al contrario, los dirigentes blancos de Estados Unidos y Europa, persisten en más guerras, es decir, en el uso de la fuerza para imponer la agenda 20-30 y el neoliberalismo… Ya ese camino lo trazó claramente Marco Rubio al declarar que impondrá por la fuerza los designios de su imperio. Aunque debo advertir aquí que la nominación de Marco Rubio al puesto de secretario de Estado de los Estados Unidos, obedece a una jugada maestra de Trump, para sacar del juego prontamente a ese cubano-americano. Eso sucederá, cuando la realidad actual devele, que ya no es posible la imposición de la unipolaridad por medio de la fuerza bruta, porque es el tiempo de la fuerza de la inteligencia. Es tiempo de la fuerza de la razón, no de la razón de la fuerza.
En la cumbre que nos ocupa Claudia Sheinbaum, la presidenta de México, rechaza las guerras con el texto siguiente: ¿Qué está pasando en nuestro mundo, que en tan solo dos años el gasto en armas creció casi el triple que la economía mundial? ¿Cómo es que la economía de la destrucción alcanzó un gasto de más de 2.4 billones de dólares? ¿Cómo es que 700 millones de personas en el mundo aún viven por debajo de la línea de pobreza? Resulta absurdo, sinsentido, que haya más gasto en armas que para atender la pobreza o el cambio climático. Reduciríamos la migración, el hambre, si tan solo elevamos la palabra amor por encima del odio, la generosidad de la persona humilde y desposeída, por encima de la avaricia y el deseo de dominación. Me niego a pensar que somos capaces de crear la inteligencia artificial e incapaces de dar la mano al que se quedó atrás.
También, Claudia rechazó el neoliberalismo con las palabras siguientes: Quedó atrás el dogma de fe neoliberal, de que el mercado resolvía todo. Quedó demostrado que era absurda la teoría de que regando arriba gotearía abajo. Con políticas antineoliberales superamos la etapa de la oprobiosa corrupción y hemos logrado separar el poder económico, del poder político. Quedó en el pasado el desprecio por el pueblo y hoy se edifica, con democracia e igualdad, una nueva era, que tiene como base la máxima de la prosperidad compartida, o dicho de forma llana: por el bien de todos, primero los pobres. La propuesta de México es dejar de sembrar guerras. Sembremos paz y sembremos vida.
Lula da Silva
Las palabras de Lula Da Silva, en la referida cumbre del G20, se enfocaron en la transición energética, la reforma de las instituciones globales y en la lucha contra el hambre y la pobreza, ya respaldada por 82 países.
En este escenario Lula expresó: «El símbolo máximo de nuestra tragedia colectiva es el hambre y la pobreza». Esto es inaceptable en un mundo que produce casi 6.000 millones de toneladas de alimentos al año, mientras incurre en un gasto militar de 2.400 millones de dólares».
“El hambre y la pobreza —externó Lula— no son resultado de la escasez o de fenómenos naturales, el hambre es la expresión biológica de los males sociales, es producto de decisiones políticas que perpetúan la exclusión de grandes partes de la sociedad». También, Lula (anfitrión de la cumbre), lamentó el estado actual de los asuntos globales y condenó la globalización neoliberal y la desigualdad económica.
Su discurso, Lula lo coronó diciendo: pido revisar las políticas financieras que afectan gravemente a los países subdesarrollados. “Un impuesto del 2% sobre la riqueza de los ultrarricos podría generar recursos del orden de 250.000 millones de dólares al año para enfrentar los desafíos sociales y ambientales de nuestro tiempo». “El mundo crece, pero la riqueza generada no llega a los más necesitados». No es sorpresa que la desigualdad fomente el odio, el extremismo y la violencia, ni que la democracia esté amenazada. La globalización neoliberal ha fracasado».
Gustavo Petro
El presidente de Colombia expresó su preocupación por los impactos que puede ocasionar la inteligencia artificial (IA) en el mercado de trabajo, asegurando que la inexistencia de una regulación puede incrementar los despidos y, en consecuencia, «aumentar la problemática del hambre» en el mundo. «Este es un tema de interés mundial —señaló— porque va a afectar a todos los países y hay que mirar cómo prevenir esa hecatombe social». También argumentó la necesidad de una reforma en la gobernanza global, refiriendo que es «fundamental» para construir una democracia mundial, especialmente en el Consejo de Seguridad de la ONU, con el objetivo de «acabar con las guerras y evitar el aumento del hambre».
Cotejando los discursos de los presidentes latinoamericanos con los representantes del G20 anglosajón, nos damos cuenta, que los latinoamericanos abogamos por la erradicación de las guerras y del neoliberalismo y sus vicios como requisitos sine qua non, para que cese la convulsión actual del mundo, para que en paz puedan fructificar el progreso y la felicidad de la humanidad. Esta posición de los latinoamericanos, es contraria a la de los anglosajones, que siguen apostando a las guerras y a la fuerza bruta para imponer el salvajismo del neoliberalismo y las políticas oligárquicas e imperialistas.
Xi Jinping
Ya es hora de que los estadounidenses y europeos se den cuenta, de que la única vía posible para la paz mundial es la convivencia armónica entre las naciones en un mundo multipolar, en el cual no nos veamos como rivales o adversarios, detrás de una competencia perversa que solo busca hacernos daño. El mundo se enfrenta «a desafíos sin precedentes», sostuvo Xi Jinping. Tomar decisiones sabias y seguir explorando la manera adecuada para la convivencia armoniosa es primordial, para que todas las naciones se lleven bien y alcancen una paz duradera, saludable y sostenible en coexistencia».
Gloria a Dios en las alturas, y paz en la tierra, a los hombres de buena voluntad…