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Judicialización política

Publicado en Todo Incluido, hace 12 meses

Sergio Sarita Valdez

Releyendo por tercera vez el libro “Memorias de un Cortesano de la Era de Trujillo” escrito por el varias veces presidente de la República Dominicana, el ya fenecido Dr. Joaquín Balaguer, llamó mi atención el siguiente párrafo: “Nuestra historia demuestra que los dominicanos han sido siempre capaces de rebelarse contra las tiranías y de romper con indomable coraje los hierros, con que, en varios períodos de su vida, se ha pretendido aherrojar con hegemonía unipersonales. Ningún dictador ha muerto en el país en su lecho. Heureaux, un hombre de una osadía legendaria, cayó bañado en sangre, abatido por un grupo de mozalbetes. Cáceres corrió la misma suerte. Trujillo no podía ser una excepción. Pero entre él y sus antecesores hay una gran diferencia. Los que le antecedieron en el mando supremo murieron a manos de sus enemigos. Heureaux oyó por primera vez en un baile la voz de quienes le ultimaron, la noche que precedió al atentado. Cáceres trató de cerca a Luis Tejera, y sabía que era un aspirante a la Silla Presidencial y un opositor capaz de una locura. Trujillo, en cambio, si hubiera visto a la luz de los disparos el rostro de quienes le acribillaron por la espalda, hubiera sentido en su corazón el frío del puñal de Bruto más que el impacto de los proyectiles”.

“En la vida todo fluye” habría sentenciado Heráclito de Éfeso alrededor de 5 siglos antes de la Era cristiana. La primera edición de la obra de Balaguer citada salió a la luz el día 5 de octubre de 1988 y ya para noviembre se lanzaba una segunda edición y para diciembre del mismo año aparecía una tercera edición. La política vive una metamorfosis a tan rápida velocidad que despierta el vértigo en el más sereno de los observadores. En el año 2023 América latina vive un período de ensayo metodológico nuevo en la lucha por el poder. Me refiero a lo que serios analistas han bautizado con el nombre de “Judicialización de la política”

Para nadie es un secreto que desde la jefatura del Estado se goza del excepcional privilegio de ser la persona mejor informada y poseedora de los secretos de los planes futuros de proyectos para inversiones en negocios factibles. Ya alguien de manera razonada ha elaborado la máxima de que “Información es poder”, lo cual es hasta cierto punto correcto si se sabe utilizar la información. De una forma u otra quienes gobiernan reparten el don de gobernar entre sus adeptos como pago a la “inversión” o aporte de campaña. En las compras y ventas que hacen los gobiernos se reparten “Comisiones” legalmente justificadas.

Fernando Lugo, antiguo obispo católico asumió constitucionalmente la presidencia del Paraguay el 15 de agosto de 2008 siendo destituido el 22 de junio de 2012 por medio de un juicio político.

Dilma Rousseff, economista brasileña, gobernó Brasil desde 2011 siendo destituida judicialmente en 2016. Cristina Fernández de Kirchner, vicepresidenta de Argentina desde 2003-2015 fue condenada a 6 años de prisión e inhabilitada de por vida a ocupar cargos públicos. Perú, El Salvador, Panamá y Ecuador, entre otros, han vivido experiencias semejantes.

La mitológica Caja de Pandora se abrió y su expresión vernácula ha sido el enjuiciamiento de exfuncionarios. ¿Se acrecentará la judicialización de la política en la República Dominicana?

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