Publicado en Todo Incluido, hace 14 horas
Virgilio Malagon
Es bien sabido que la ciencia se basa en hechos, en lo tangible, en lo que puede percibirse a través de los sentidos. Incluso el aire, aunque invisible, puede ser medido porque tiene masa. De la misma manera, el análisis político debe partir de los hechos.
Este preámbulo es necesario para dejar claro que este análisis se basa en acontecimientos concretos y no en una postura personal contra el presidente Luis Abinader. Son sus acciones las que evidencian una inclinación que, a juicio de muchos, pone en riesgo los intereses nacionales.
En 2013, el Tribunal Constitucional (TC) emitió una sentencia que establecía que solo son nacionales dominicanos quienes nacen en el país de padres dominicanos o residentes legales. Con esta decisión, se desnaturalizaba a los descendientes de personas que se encontraban en territorio dominicano de manera irregular desde 1929.
Frente a esta decisión, que buscaba proteger la nacionalidad dominicana, Luis Abinader –en ese entonces no era presidente– acudió a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) a dar una conferencia en la que criticó la sentencia del TC, defendiendo a los nacionales haitianos por encima del interés del país.
Una vez en la presidencia, Abinader se ha rodeado de figuras que históricamente han abogado por los haitianos, incluso cuando esto representa un riesgo para la nación. Un ejemplo claro es la actual ministra de Interior y Policía, quien en un mensaje en la red social X (antes Twitter) expresó: “Ningún niñ@ tiene la culpa de que sus padres hayan cruzado la frontera a un país de resentidos, xenófobos, racistas de doble moral”.
Con esta afirmación, no solo defendía la causa haitiana, sino que atacaba directamente a los dominicanos que exigen el cumplimiento de las leyes migratorias.
A esto se suman otras figuras del gobierno, como el exministro de Economía, Planificación y Desarrollo, quienes en el pasado han manifestado posturas similares. No parece una coincidencia que Abinader se rodee de estas personalidades; más bien, responde a una línea de pensamiento que él mismo comparte.
Hoy, República Dominicana enfrenta la mayor ola migratoria de haitianos indocumentados en su historia. Frente a esta situación, el presidente ha tomado medidas, pero de manera superficial y con un claro tinte populista. Un ejemplo de esto son las supuestas deportaciones semanales de 10,000 haitianos, cuando en realidad las calles siguen repletas de inmigrantes ilegales.
Finalmente, el presidente ha mantenido una postura ambigua ante este escenario. Es momento de que el país reaccione de manera unida para defender el interés nacional por encima de cualquier otra agenda.
I-TRASFONDO HISTORICO
El período en torno a las Leyes de Extranjería y Sedición de 1798 fue de gran agitación política e internacional en Estados Unidos. A continuación, un poco de contexto:
1. Tensiones con Francia (Cuasi-Guerra)
Estados Unidos se vio envuelto en un conflicto naval no declarado con Francia, conocido como la Cuasi-Guerra. Las relaciones se deterioraron tras la Revolución Francesa y empeoraron cuando Estados Unidos firmó el Tratado Jay con Gran Bretaña en 1794, que Francia percibió como favorable a Gran Bretaña. La situación se agravó con el Caso XYZ en 1797-1798, en el que funcionarios franceses exigieron sobornos a diplomáticos estadounidenses, lo que provocó indignación en Estados Unidos.
2. Federalistas vs. los Demorepublicanos
En el ámbito nacional, Estados Unidos estaba dividido en dos facciones políticas:
a)-Federalistas, liderados por el presidente John Adams y Alexander Hamilton, quienes apoyaban un gobierno central fuerte y vínculos más estrechos con Gran Bretaña.
b)-Los Demorepublicanos, liderados por Thomas Jefferson y James Madison, quienes defendían los derechos de los estados y simpatizaban con Francia. Estas rivalidades políticas eran intensas, y los federalistas utilizaron las Leyes de Extranjería y Sedición para reprimir la oposición de los demorepublicana.
3. Los problemas de crecimiento de una nación joven
Estados Unidos era todavía un país relativamente nuevo, habiendo obtenido su independencia hacía poco más de dos décadas. Intentaba establecer su identidad, mantener la estabilidad y sortear las alianzas y hostilidades extranjeras.
Las Leyes de Extranjería y Sedición se consideraban medidas para fortalecer la seguridad nacional, pero los críticos argumentaban que eran herramientas de represión política.
Este período puso de relieve los desafíos de equilibrar la seguridad, las libertades individuales y el conflicto político en los inicios de la Nación Estado Norteamericana (República).
II-SECUELAS DE ESTA IMPRONTA JURIDICA.
Las Leyes de Extranjería y Sedición tuvieron varios efectos notables a largo plazo en la política, el derecho y la opinión pública de Estados Unidos. A continuación, un resumen:
1. Impacto en el debate sobre la Primera Enmienda
Las restricciones de la Ley de Sedición a la libertad de expresión y los derechos de prensa fueron muy controvertidas y pusieron de relieve la fragilidad de estas libertades en una democracia joven. La reacción reforzó la importancia de la Primera Enmienda, influyendo en las futuras interpretaciones y protecciones de la libertad de expresión en Estados Unidos.
2. Impulso a los Demorepublicanos
Las leyes se consideraron autoritarias y antidemocráticas, lo que generó críticas generalizadas al Partido Federalista. Esto contribuyó al declive de los Federalistas y al auge del Partido Demócrata-Republicano de Thomas Jefferson. La elección de Jefferson en 1800 marcó un punto de inflexión, a menudo conocido como la «Revolución de 1800», que marcó una transferencia pacífica del poder entre los partidos.
3. Fundamentos de las preocupaciones sobre las libertades civiles
Las leyes sentaron un precedente para los debates sobre el equilibrio entre la seguridad nacional y las libertades individuales. Esta tensión ha reaparecido a lo largo de la historia estadounidense, especialmente durante guerras o períodos de crisis nacional.
Una parte de las Leyes de Extranjería y Sedición, la Ley de Enemigos Extranjeros, nunca fue derogada. Sigue vigente hoy en día, otorgando al gobierno estadounidense la autoridad para detener o deportar a ciudadanos de naciones hostiles durante la guerra.
Esta ley se invocó durante conflictos como la Segunda Guerra Mundial, como en el caso del internamiento de estadounidenses de origen japonés.
En resumen, amigo Lector, si bien las leyes en sí tuvieron una vida corta (la Ley de Sedición expiró en 1801 y otras partes fueron derogadas), su legado persistió en la configuración de los límites del poder gubernamental, las libertades civiles y la dinámica política en Estados Unidos.
III-SITUACION DE HOY DIA
Recientemente, el expresidente Donald Trump invocó la Ley de Enemigos Extranjeros, una de las Leyes de Extranjería y Sedición originales de 1798, para abordar las preocupaciones sobre la seguridad nacional. Específicamente, la utilizó para deportar a personas que, estaban asociadas con la pandilla venezolana Tren de Aragua. Esta pandilla ha sido descrita como una amenaza significativa, involucrada en delitos como el narcotráfico, la violencia, la extorsión, etc.
La Ley de Enemigos Extranjeros permite al presidente detener o deportar a personas de naciones hostiles en tiempos de guerra o conflicto. Trump argumenta que las actividades de esta pandilla constituyen una «Invasión» e invocó la ley para eludir los procesos legales tradicionales de deportación. Sin embargo, esta medida ha generado impugnaciones legales, con críticos que argumentan que excede la autoridad presidencial y socava el debido proceso.
IV-FACTIBILIDAD DE APLICAR SIMILITUDES EN NUSTRO PAIS
La República Dominicana, como cualquier nación soberana, tiene la autoridad para promulgar y aplicar leyes que aborden las amenazas a su seguridad nacional, incluyendo cuestiones relacionadas con la actividad de pandillas y el contrabando de armas, drogas y otros ilícitos. Sin embargo, la aplicación de leyes similares a las Leyes de Extranjería y Sedición de EUA la Ley de Enemigos Extranjeros dependerá del marco legal y las obligaciones internacionales de la República Dominicana.
A mi humilde entender, existen consideraciones claves que deberían tomarse en cuenta:
1-Leyes Vigentes: La República Dominicana ya cuenta con leyes que abordan la seguridad nacional, la inmigración y el crimen organizado. Podría mejorar o adaptar estas leyes para responder a la amenaza del contrabando de armas, drogas y otros ilícitos, por parte de las pandillas de origen extranjero, que estuviesen operando en nuestro país.
2-Marco Legal: A diferencia de la Constitución de EE. UU., que sirve de referencia para leyes como la Ley de Enemigos Extranjeros, el sistema legal de la República Dominicana opera bajo una estructura diferente. Cualquier medida que se adopte deberá cumplir con su constitución, que protege ciertos derechos y libertades.
3-Derechos Humanos: Las leyes internacionales de derechos humanos podrían influir en el grado en que el gobierno podría imponer medidas estrictas. La República Dominicana es parte de varios tratados internacionales, y cualquier acción que se tome deberá alinearse con dichas obligaciones.
4-Relaciones bilaterales con Haití: Dada la proximidad y los estrechos vínculos entre la República Dominicana y Haití, las medidas dirigidas a las pandillas haitianas probablemente tendrían implicaciones diplomáticas. La cooperación entre ambos países podría ser esencial para abordar eficazmente la delincuencia transfronteriza.
En última instancia, si bien la República Dominicana puede implementar leyes para abordar estos desafíos, la adopción de medidas similares a la Ley de Enemigos Extranjeros de EE. UU. debería adaptarse cuidadosamente al contexto y al marco legal locales, sin menoscabar nuestra soberanía jurídica y territorial.