Leonel Fernández califica el discurso de Abinader como una exageración de logros

Santo Domingo.- En relación con el discurso de rendición de cuentas pronunciado por el presidente Luis Abinader ante la reunión conjunta de las cámaras legislativas el 27 de febrero de 2025, el presidente de la Fuerza del Pueblo, Leonel Fernández, compartió algunas reflexiones ante la opinión pública.

El discurso presidencial fue extenso y, como es habitual, se presentó de manera hiperbólica, exagerando en muchos de sus alegatos. Comenzó destacando el bienestar económico del pueblo dominicano, atribuido al crecimiento, desarrollo sostenible y estabilidad macroeconómica bajo su gobierno. Sin embargo, la realidad que viven muchos ciudadanos contrasta con la imagen positiva promovida en el discurso oficial. En mercados, supermercados y colmados, los precios de los artículos de la canasta básica siguen aumentando, afectando a amplios sectores de la población. Durante este gobierno, el 49% de los dominicanos se ve forzado a recurrir a préstamos cada mes para cubrir el costo de los alimentos esenciales. Ejemplos claros de esto son el aumento de precios en productos como la carne de res (65%), carne de cerdo (58%), pollo (51%), espaguetis (45%) y la leche (38%). Es evidente que, bajo estas circunstancias, erradicar el hambre en el país, como afirmó el presidente, se presenta como una tarea imposible.

En cuanto al sector salud, el presidente presentó un panorama idílico. Sin embargo, la realidad difiere significativamente. Recientemente, la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) advirtió que no se percibe una política pública clara para gestionar el sistema de salud, citando problemas con las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS) y las Prestadoras de Servicios de Salud (PSS), tanto en el sector público como privado. La situación en salud mental también sigue siendo preocupante y no ha sido abordada de manera eficaz por el gobierno.

En materia educativa, el presidente destacó las inversiones realizadas y la supuesta eficiencia del sistema, pero desestimó informes internacionales, como los de la UNESCO, que apuntan a que la República Dominicana sigue siendo líder en la región en cuanto a los bajos niveles de competencia en lectura de los jóvenes de 15 años. Además, a pesar de haber salido del último lugar en los exámenes PISA, el sistema educativo sigue estancado, tal como lo mencionó el ministro de educación saliente.

El presidente también destacó las inversiones en el sector energético, pero la realidad que viven los ciudadanos son apagones frecuentes y tarifas eléctricas elevadas. Lo mismo ocurre con el suministro de agua potable, que sigue siendo insuficiente, obligando a muchos ciudadanos a comprar agua a camiones cisterna.

En cuanto a obras públicas, el discurso fue breve y el presidente volvió a mencionar la ya conocida «carretera del Ámbar», un proyecto que sigue sin ejecutarse. Además, no se mencionaron obras claves como las circunvalaciones de varias ciudades, hospitales cruciales como el San Vicente de Paúl, ni la terminación de importantes proyectos de infraestructura como la extensión del metro de los Alcarrizos y el monorriel de Santiago.

Sobre seguridad ciudadana, aunque se mencionó la disminución de los homicidios, no se abordó de manera profunda la persistente sensación de inseguridad que viven los ciudadanos, quienes siguen siendo víctimas de delitos como robos, atracos y violencia doméstica.

Finalmente, el presidente hizo énfasis en la transparencia y rendición de cuentas, pero no ofreció explicaciones claras sobre la ejecución del presupuesto del 2024, especialmente en relación con los 775 millones de dólares obtenidos de AERODOM, cuya ejecución sigue sin cumplirse a pesar de haberse gastado todo el dinero.

En resumen, el discurso presidencial presentó una visión optimista que contrasta con la realidad de muchos dominicanos, y se percibe como una gestión incumplidora, ineficaz e inoperante en muchos de los aspectos clave para el bienestar de la población.