Llegó el tiempo de Pedernales

El año que recién inicia podría ser el de la esperanza para la provincia Pedernales, sus municipios y poblados pequeños, porque al parecer el proyecto de desarrollo turístico que beneficiará grandemente todo el litoral, arranca este año con grandes inversiones del sector privado nativo y extranjero.

La aprobación de un Fideicomiso para estos fines es una muestra de que el sueño dorado de los pedernalenses está a punto de convertirse en una hermosa realidad que, definitivamente, cambiará la vida y la economía de sus habitantes.

El turismo de calidad es una vieja aspiración de operadores y muchas personas con visión de futuro, porque esta modalidad aporta más al Estado que denominado todo incluido, que solo beneficia a los agentes y dueños de los establecimientos que operan con ese tipo de oferta. Lograrlo ahora, con este repunte que se ha registrado, sería de mucho provecho para el país y las arcas del gobierno.

Con la gran propuesta de habitaciones y centros para el esparcimiento que tienen en carpeta las autoridades, trabajar por fortalecer el turismo sostenible, sería un gran paso en favor de la actividad y su desarrollo, que colocará a la nación en la cima, tanto en el Caribe como Centroamérica.

Este es el tiempo que esperaba Pedernales y ya los pasos están avanzando. Ahora solo resta la construcción de las obras de soporte, como el acueducto, aeropuerto y las vías de acceso, como es el caso de la carretera Barahona-Enriquillo-Pedernales. La alegría y la esperanza abren sus brazos para acoger a los pedernalenses y los pueblos cercanos.

Esa alegría nos llena en forma especial por tratarse de un pueblo tan luchador, en los buenos y difíciles momentos de la historia dominicana, merece una recompensa y su gente, trabajadora y progresista, la oportunidad de disfrutar de las mieles del crecimiento y el desarrollo, pues sus riquezas siempre han sido depredadas sin que el beneficio le sonría.

Las hermosas costas, playas, bosques, ríos y arroyos están ahí, esperando la oportuna llegada del desarrollo y el calor humano de los ciudadanos del mundo que en su condición de inversionistas y de turistas, tocarán su suelo para disfrutar de la grandeza de este regalo de la naturaleza. Es tiempo de Pedernales.