
Publicado en Nacionales, hace 2 horas
Santo Domingo.– El vicepresidente ejecutivo de Seguros Reservas, Nelson Arroyo, rechazó este lunes las declaraciones del economista Juan Ariel Jiménez, quien advirtió sobre supuestas situaciones financieras preocupantes en la aseguradora estatal, calificándolas de infundadas y carentes de rigor técnico.
Arroyo lamentó que Jiménez, a quien definió como un economista habitualmente prudente dentro de la oposición, haya emitido juicios que, a su entender, buscan aprovechar la sensibilidad generada tras el caso de Senasa. Sostuvo que se pretende “sacar provecho político” de un tema que considera serio y que impacta la confianza en el sistema financiero.
El ejecutivo aseguró que Seguros Reservas cerró al 7 de noviembre con utilidades por 1,839 millones de pesos, lo que representa un incremento de 133 %, y adelantó que la empresa proyecta finalizar el año con ganancias cercanas a los 2,300 millones de pesos, el mejor desempeño en su historia. Indicó que estos resultados están avalados por auditorías permanentes de la firma KPMG, así como por la supervisión de la Superintendencia de Seguros.
El funcionario atribuyó los resultados positivos de este año a la eficiencia administrativa, destacando que, aunque el crecimiento en primas suscritas y cobradas rondó entre 10 % y 11 %, las utilidades aumentaron cerca de un 100 %. Afirmó que esto evidencia una gestión responsable y alejada del populismo.
Asimismo, advirtió sobre una campaña en redes sociales que, según dijo, busca desestabilizar tanto a Seguros Reservas como al Banco de Reservas, lo que podría generar inquietud entre clientes y afectar la confianza en el sistema financiero. Reveló que algunos usuarios han manifestado dudas tras escuchar las denuncias, obligando a la institución a remitir información financiera para aclarar la situación.
Las declaraciones de Arroyo surgen en respuesta a los señalamientos de Jiménez, quien alertó sobre supuestos problemas financieros en el Banco Agrícola y describió la situación de Seguros Banreservas como una posible “bomba de tiempo” para las finanzas públicas, planteando la necesidad de mayor transparencia y rendición de cuentas en las instituciones estatales.