Publicado en Mundiales, hace 4 horas
Washington.- La obispa episcopaliana Mariann Edgar Budde, que pidió desde el púlpito al nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tener compasión con los migrantes y los niños trans, se reafirmó en sus palabras en varias entrevistas y aseguró que no piensa disculparse como le pidió el mandatario.
Budde, a la que algunos medios estadounidenses se refieren como «la obispa valiente» mientras Trump dijo que tiene «un tono desagradable» y «no es convincente ni inteligente», habló con varios medios sobre la polémica con el presidente de EE.UU. que ha captado la atención mediática.
«No siento que haya necesidad de disculparse por una solicitud de misericordia», subrayó la obispa, quien negó ser «una radical de izquierda» que odia a Trump, como la definió el presidente, en una entrevista con la cadena pública de radio y televisión NPR.
«No le odio y rezo por él», subrayó.
El diario The New York Times le dedica hoy un artículo con el título de «La obispa que le suplicó a Trump: «¿Alguien iba a decir algo?», que ensalza a Budde, de 65 años y primera mujer en llegar a ese cargo en su iglesia, por su postura frente al poder político.
«Tal vez fue ingenuo de mi parte. Cuando decidí suplicarle (compasión) al presidente, pensé que lo tomarían de manera diferente», dijo, «porque era un reconocimiento de su posición, su poder actual y los millones de personas que lo pusieron ahí», dijo la obispa en declaraciones recogidas por ese medio
Budde ofició la ceremonia religiosa en la Catedral Nacional de Washington con la que este martes comenzó la agenda del presidente Trump, quien asumió el cargo el lunes 20.
En un momento dado y mirando a Trump, que es presbiteriano, otra iglesia protestante, le dijo: «Millones de personas han depositado su confianza en usted. Y como usted le dijo a la nación ayer (lunes), usted ha sentido la mano providencial de un Dios amoroso. En el nombre de nuestro Dios, le pido que tenga misericordia de la gente de nuestro país que ahora está asustada».
Trump, que ya ha dado los primeros pasos para cumplir con su promesa electoral de detener «la invasión» de migrantes y echar del país a los que están dentro de sus fronteras irregularmente y han cometido delitos, pidió el miércoles a Budde a través de la red Truth Social que se disculpara por lo que dijo, algo que la obispa subrayó a NPR que no piensa hacer.
Sin embargo, sí dijo lamentar que sus palabras en la catedral hayan «provocado el tipo de respuesta que ha provocado, en el sentido de que en realidad confirmó lo mismo de lo que estaba hablando antes, que es nuestra tendencia a indignarnos y no hablarnos unos a otros con respeto».
«Para estar unidos como un país con tanta riqueza de diversidad, necesitamos misericordia. Necesitamos compasión. Necesitamos empatía», agregó Budde, quien considera «peligroso hacer generalizaciones y, en particular, hablar de los inmigrantes como si todos fueran criminales o de los niños transgénero como si de alguna manera fuesen peligrosos».