Publicado en Editorial, hace 8 meses
Los atractivos turísticos, la belleza natural y la dinamización que ha experimentado la economía de Barahona, contrasta con las condiciones que exhibe la entrada de esta importante ciudad del Sur de la República Dominicana.
En todas las ciudades del país se observa cómo sus autoridades se han preocupado porque la primera impresión que se lleven los visitantes, tanto internos como externos, sea la de un lugar limpio, agradable y ordenado, contrario a lo que se observa en la vía principal de Barahona.
Desde el Cruce de Cabral, recorriendo toda la avenida Casandra Damirón, y hasta llegar a la avenida Enriquillo, se observa un caos, un desastre, que no muestra la belleza que posee La Perla del Sur, por la falta de compromiso de sus autoridades, que han dejado de asumir su rol de cuidarla, embellecerla y urbanizarla.
Señores autoridades, ya está aquí el inicio del progreso que tanto esperaba la Región. Las acciones del presidente para que Pedernales despegue como zona turística, y consecuencia toda esta parte del país, es la señal que se esperaba para avanzar hacia la prosperidad.
El ayuntamiento, como Gobierno Municipal, está en el deber de hacer todos los esfuerzos necesarios para que la entrada de Barahona tenga una vista de la que los barahoneros se sientan orgullosos. Una puerta que ofrezca una idea real de lo que tiene la provincia para la gente que la visita.
Es hora de que Barahona inicie su transición hacia la ciudad que siempre ha anhelado su gente.