Publicado en Nacionales, hace 1 semana
Santo Domingo Este. – La semana inició con un paisaje desolador en Boca Chica, la playa más popular de República Dominicana. Miles de peces muertos yacían atrapados entre densas capas de sargazo que cubrían la orilla, formando una alfombra marrón que se extendía a lo largo del litoral costero al este de la provincia Santo Domingo.
El hedor, penetrante y nauseabundo, se ha vuelto insoportable para los pocos visitantes que aún se acercan.
Desde el sábado 20 de septiembre, la actividad comercial en la zona se ha desplomado. Los bañistas brillan por su ausencia, y quienes se atreven a llegar no pueden disfrutar del mar.
“La playa está llena de peces muertos de todos los tamaños, no son solo los que están en la orilla, hemos caminado hacia adentro y todo eso blanco que se ve son peces”, relató Manuel Castro, prestador de servicios acuáticos en la zona.
Miguelina Mateo, quien se gana la vida vendiendo pescado frito, confirmó que este fin de semana, que normalmente son los días de mayor movimiento, fue un desastre: “Las ventas fueron prácticamente nulas”.
Mientras Boca Chica permanece atrapada entre algas, muerte y silencio, los comerciales demandan la intervención de las autoridades para enfrentar los desafíos ambientales que enfrenta la región.
La acumulación de sargazo también afecta la playa de Guayacanes, ubicada a varios kilómetros de Boca Chica.
“Desde el fin de semana esto está muerto, aquí no se puede estar, la playa está llena de sargazo”, dijo un comerciante de la zona conocido como Bomba, quien explicó que están viviendo un panorama similar al que se vive en Boca Chica.
La biotecnóloga Laura Aquino, integrante del Grupo Interdisciplinario de Investigación del Sargazo del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec), explicó que cuando el sargazo se acumula en la orilla reduce la disponibilidad de oxígeno disuelto en el agua, provocando que los seres vivos que se encuentren en el área circundante sufran hipoxia.
“No es un caso aislado, sino una consecuencia normal de la acumulación de las algas en la orilla”, señaló.
Este fenómeno, aunque recurrente, se agrava en zonas con características geográficas específicas.
Aquino detalló que el sargazo se acumula más en las playas que tienen forma de medialuna o bahía como las de la zona este, lo que hace que funcionen como una especie de trampa natural.
“El sargazo entra con las corrientes, pero al ser zonas más cerradas y tranquilas, el sargazo queda atrapado y el oleaje lo empuja a la orilla”, explicó.
En contraste, las playas abiertas y rectas, como las del noroeste del país, presentan corrientes más fuertes y constantes que impiden que el sargazo se quede estancado. “El sargazo simplemente sigue de largo sin quedarse acumulado”, sostuvo.
La especialista advirtió que el sargazo en descomposición libera gases tóxicos como sulfuro de hidrógeno y amoníaco, los cuales son corrosivos e irritantes, con efectos negativos en la salud humana, especialmente en las vías respiratorias. Además, entre las algas se alojan organismos que pueden provocar picaduras e irritaciones en la piel.
“Por esas razones no es recomendable bañarse donde hay una acumulación de sargazo, sobre todo las poblaciones vulnerables, es decir, personas con asma u otras afecciones respiratorias, embarazadas, niños”, recomendó Aquino.
La temporada alta de sargazo en República Dominicana se extiende de abril a septiembre, aunque en algunos años llega hasta octubre.
Según el boletín de agosto de 2025 del Laboratorio de Oceanografía Óptica de la Universidad del Sur de Florida, se espera que la disminución del sargazo continúe en los próximos meses, alcanzando posiblemente el mínimo anual entre octubre y noviembre.
No obstante, el boletín advierte que “la cantidad absoluta sigue siendo mucho mayor que en cualquier otro mes de agosto anterior”, por lo que “seguirá produciéndose una inundación de sargazo en mayor o menor medida en la mayoría de los países e islas del Caribe”.