
Publicado en Mundiales, hace 1 hora
La Habana.– El Ministerio de Salud Pública de Cuba (Minsap) informó que en la última semana se registraron 7,700 nuevos casos de chikungunya, un incremento en los contagios del 23,2 % con respecto a la semana previa.
Por su parte, el Gobierno de la isla aseguró que en el país hay 39,760 personas con “síntoma febril inespecífico” (un 15,8 % menos que la semana anterior). Así es como el sistema sanitario del país define a los posibles casos de dengue y chikungunya, ya que cuentan con malestares en común.
Luego, define la cantidad de cada uno de estos padecimientos a través de los síntomas, pero sin realizar pruebas que confirmen clínicamente la presencia de la enfermedad, según han explicado las propias autoridades sanitarias.
Al actualizar la situación de la actual epidemia en la isla, la viceministra del Minsap, Carilda Peña, explicó en la televisión estatal que 14 de las 15 provincias continúan con una “activa” circulación de arbovirosis (enfermedades transmitidas por el mosquito).
En el caso específico del dengue, Peña no dio un total de contagiados. Aunque sí precisó que la tasa de incidencia semanal creció un 22,6 % frente al 17,77 % reportado la semana anterior.
Además señaló que excepto el municipio especial Isla de la Juventud y la provincia occidental de Matanzas, todos los demás territorios tienen actualmente “comportamiento epidémico”.
La epidemia, término usado por primera vez por el Gobierno el pasado 12 de noviembre para caracterizar al actual brote de estas dos enfermedades, ha encontrado en Cuba terreno fértil para extenderse meses después de detectados los primeros casos el pasado julio en Matanzas (oeste).
Peña recalcó que, para cortar la trasmisión de estas enfermedades, “hay que ir sobre el mosquito transmisor” de la enfermedad y que el tratamiento “más efectivo” es la fumigación.
Según la actualización oficial, en la semana anterior se detectaron 8,545 criaderos del mosquito aedes aegypti, transmisor de las enfermedades. Esa cantidad, explicó, hace que el índice de infestación sea considerado “alto”, sobre todo en las provincias occidentales de La Habana y Pinar del Río y las centrales Sancti Spíritus y Camagüey.
Cuba atraviesa una de las más intensas crisis económicas en décadas. Esta situación ha limitado enormemente su capacidad de prevención -principalmente mediante la fumigación masiva contra los mosquitos-, control -con test para confirmar el tipo de enfermedad- y atención a los enfermos.