
Publicado en Editorial, hace 3 minutos
El Proyecto Múltiple de la Presa de Monte Grande en el río Yaque del Sur, a pesar de ser una obra de vital importancia para la región Sur, se ha convertido en un símbolo de la lentitud administrativa y la ineficacia en la gestión de proyectos de infraestructura.
Con un objetivo claro de mitigar el riesgo de inundaciones, generar energía hidroeléctrica y garantizar el suministro de agua para riego y consumo humano, su finalización es esperada con ansias por miles de habitantes. Sin embargo, el proyecto, que ha arrastrado años de retrasos, reformulaciones de presupuesto y cambios de contratistas, sigue sin ver la luz de su conclusión.
Esta persistente dilación no solo posterga los beneficios socioeconómicos que la presa promete, sino que también mantiene en vilo a las comunidades que viven bajo la constante amenaza de crecidas del Yaque del Sur. Cada día de retraso es un riesgo prolongado y una oportunidad perdida para el desarrollo.
Es imperativo que las autoridades competentes, sin más dilaciones ni justificaciones, garanticen la asignación de los recursos necesarios y ejerzan una supervisión férrea y transparente para que el cronograma final se cumpla. La presa de Monte Grande debe dejar de ser una promesa a largo plazo para convertirse, por fin, en una realidad inmediata que proteja y potencie el futuro del Suroeste dominicano.