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La partida Física de Monseñor Fafael Felipe

Publicado en Todo Incluido, hace 1 hora

Por Carlos Julio Féliz-

La partida de Monseñor Rafael Leónidas Felipe Núñez, el segundo obispo de nuestra Diócesis de Barahona que componen esta provincia, Bahoruco, Independencia y Pedernales ha dejado un gran dolor entre los feligreses del Suroeste.

La triste noticia nos la confirmó Monseñor Andrés Napoleón Romero Cárdenas, su sucesor desde hace una década.
Monseñor Felipe Núñez fue un pastor integrado en cuerpo y alma, de manera permanente, a nuestra región Enriquillo, cuando estuvo al frente de la Diócesis.

El segundo obispo de la Diócesis de Barahona era nativo de la comunidad El Coco, Villa Tapia, región nordeste del país. Su vocacion católica estuvo intimamente ligada a su familia.

Monseñor Rafael Felipe tenía 87 años. Nació el 12 de de septiembre de 1938.
Se inició en el Seminario Santo Tomás de Aquino en 1952, donde empezó a forjarse discípulo de Cristo, con amor intenso a la Iglesia Católica.

El 25 de marzo de 1965 fue ordenado sacerdote. Entonces el país vivía las mayores convulsiones en la transición hacia la democracia. Abrazó con humildad la misión de Cristo. Y se distinguió por su vida espiritual y entrega al clero con vocación intensa.

Rector de seminarios, para acompañar a jóvenes, como futuros sacerdotes y guía de comunidades parroquiales.
Sencillo y profundamente lleno de amor y pasión por la Iglesia Católica.

Hace 26 años, El 7 de diciembre de 1999, el papa San Juan Pablo II le llamó para liderar la Diócesis de Barahona, el segundo obispo, después de Monseñor Fabio Mamerto Rivas, el primero y quien dejó un gran legado.

Monseñor Rafael Felipe fue consagrado el 22 de enero de 2000, convirtiéndose en el último obispo dominicano del pasado siglo y el primero del presente.

Estuvo permanentemente cerca de los pobres y en atención a los sacerdotes, impulsando así la evangelización y defensa de la dignidad humana.

Recorrió palmo a palmo nuestro adorada Región Enriquillo. Caminó permanentemente junto a los sureños y sureñas. Y tocó el sufrimiento de la gente de nuestro sur fecundo, como siempre le llamó.

Abogó, siempre, por el desarrollo sano y los ejes fundamentales como la educación. La Universidad Católica de Barahona (UCATEBA), fue uno de esos grandes legados, iniciada como instituto por su antecesor Monseñor Rivas. Fue un abanderado permanente por el desarrollo del ecoturismo, especialmente en nuestro Pedernales.

Dios le permitió ver el inicio por el que tanto propugnaba.

Monseñor era sereno, sencillo, bueno. Siempre transmitía paz. Todos estos valores hicieron de él un referente espiritual para sacerdotes, religiosas y laicos de la Diócesis que encabezó.

Su gestión de 15 años fue de intenso amor por el sur. En el 2015 pasó a la condición de Obispo Emérito. Le sustituyó un pastor a quien formó espiritualmente, Monseñor Andrés Napoleón Romero Cárdenas. Dios es infalible. Quedó un gran sucesor de quien fue su mentor

Debemos recordar también que el papa Francisco confió a Monseñor Felipe, en 2016, la misión de Administrador Apostólico de San Pedro de Macorís, misión que asumió con la obediencia que le caracterizó. Un cibaeño con misión en el sur y el este.

Monseñor Rafael Felipe Núñeź fue un pastor de alma limpia, un hombre de Dios, fiel amante de su Iglesia, sencillo, afable, íntegro, plenamente.

Su paso por nuestro sur dejó frutos abundantes en la vida sacerdotal, en las comunidades y en el corazón de una región a la que se entregó sin reservas y con gran pasión.

Nuestra Diócesis ha encomendado su alma al Padre para que le reciba en paz y la plenitud de la luz eterna, como dice en su comunicado.

Adios, monseñor. Le despedimo con el mismo amor con que se entregó a nuestro sur querido.

Oramos para que su alma suba bien alto, allá en donde deben estar quienes han actuado con amor y entrega, sin reservas, por el país y especialmente por la gente del sur, una región que le ágradecerá eternamente y le recordará por siempre.

Adiós, monseñor.

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