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La prudencia en la política

Publicado en Todo Incluido, hace 3 horas

Julio Martinez 

En el dinámico escenario político dominicano, donde las ambiciones y las oportunidades se entrelazan constantemente, el caso de Omar Fernández emerge como un tema que merece una reflexión profunda sobre la prudencia política y la importancia de preservar los lazos familiares por encima de las aspiraciones inmediatas.

La relación entre Omar Fernández y su padre, el expresidente Leonel Fernández, representa mucho más que un simple vínculo político-familiar. Es el testimonio de una trayectoria compartida, donde el hijo ha ido construyendo su propio camino en la política dominicana, nutrido por la experiencia y sabiduría de su progenitor.

Esta relación, forjada no solo en el ámbito familiar sino también en el quehacer político, merece ser preservada y protegida de intereses externos que buscan crear divisiones.

A sus 32 años, Omar Fernández cuenta con un activo invaluable: el tiempo. Su juventud, lejos de ser un obstáculo, es una ventaja que le permite construir un liderazgo sólido y maduro sin necesidad de precipitar procesos. Su creciente prestigio y aceptación popular se están construyendo sobre bases firmes, demostrando que el camino elegido hasta ahora es el correcto.

El legado de Leonel 

El expresidente Leonel Fernández ha construido un legado significativo en la política dominicana. Su experiencia y trayectoria son activos valiosos que pueden contribuir al desarrollo político de Omar. La posibilidad de que Leonel tenga una oportunidad más para enmendar su historia política y corregir errores del pasado, si así lo ha considerado  no debe verse como un obstáculo para Omar, sino como parte de un proceso natural de transición generacional.

La trampa 

Es preocupante observar cómo algunos sectores intentan crear una narrativa de confrontación entre Omar y Leonel Fernández, buscando beneficiarse de un potencial enfrentamiento familiar. Estos actores, movidos por intereses propios, no valoran la importancia del vínculo padre-hijo y el daño irreparable que una confrontación política podría causar.

Es fundamental mantener la cautela ante quienes, movidos por sus propias ambiciones, buscan provocar enfrentamientos familiares. Estos «asesores» y «aliados» circunstanciales suelen desaparecer una vez que el daño está hecho, dejando tras de sí relaciones familiares destruidas y reputaciones manchadas.

La historia política nos enseña que la construcción de un liderazgo sólido requiere tiempo y maduración. Omar Fernández ha demostrado una comprensión madura de este principio, construyendo su propio espacio político sin necesidad de confrontaciones innecesarias. Su creciente popularidad y aceptación son testimonio de que este enfoque es el correcto.

El Valor de la Lealtad Familiar

En nuestra cultura dominicana, la lealtad familiar es un valor fundamental que trasciende las ambiciones políticas. El pueblo valora y respeta a quienes saben honrar sus raíces y mantener la integridad de sus relaciones familiares. Una candidatura presidencial puede ganarse o perderse, pero el daño a los lazos familiares puede ser irreparable.

Perspectiva del pueblo dominicano

El pueblo dominicano, conocido por su sabiduría colectiva, valora profundamente el respeto a los lazos familiares. Una confrontación política entre padre e hijo, especialmente cuando puede evitarse, sería vista por muchos como un acto de deslealtad que podría afectar negativamente la imagen política de Omar.

Es razonable esperar que, llegado el momento oportuno, será el propio Leonel Fernández quien reconozca y apoye el liderazgo de Omar. Este proceso natural de transición generacional, basado en el respeto mutuo y el tiempo adecuado, será mucho más valorado por la sociedad dominicana que cualquier confrontación precipitada.

La prudencia en la política no es señal de debilidad, sino de sabiduría. Omar Fernández tiene por delante un futuro prometedor que no necesita ser acelerado artificialmente. La relación entre padre e hijo, entre Leonel y Omar Fernández, es un tesoro que ninguna candidatura presidencial o posición política puede compensar.

El verdadero liderazgo se construye sobre bases sólidas de respeto, prudencia y tiempo. Omar Fernández ha demostrado estas cualidades en su trayectoria hasta ahora, y el pueblo dominicano sabrá reconocer y premiar esta madurez política cuando llegue el momento adecuado. Mientras tanto, la preservación de la armonía familiar y el respeto mutuo entre padre e hijo deben prevalecer sobre cualquier ambición política inmediata o presión interna o externa.

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