Publicado en Deportes, hace 13 horas
Santo Domingo. – Como si fuera necesario dejar un recado a las aspirantes a ganar los 400 metros planos en el Mundial de 2027 o los Juegos Olímpicos de 2028, Sydney McLaughlin-Levrone volvió a bajar el crono de los 48 segundos. Y lo hizo bajo una pista tan mojada como ya lo consiguió el jueves cuando se impuso a Marileidy Paulino en la final individual.
El domingo, McLaughlin-Levrone repitió la dosis como parte del equipo de relevo 4×400 de los Estados Unidos que se quedó con la medalla de oro en el cierre del Mundial de Tokio.
La nacida en Nueva Jersey hace 26 años tomó el testigo para cerrar la carrera ya con una ventaja considerable (siete segundos), aceleró y lo terminó en 47.82, con lo que sentenció la medalla de oro para la representación de las barras y las estrellas.
La doble campeona olímpica en los 400 metros con vallas ya corrió 47.78 para superar los 47.98 de Paulino en la que fuera la primera final donde las ocho participantes corrieran por debajo los 49 segundos.
McLaughlin-Levrone ha dejado abierta la posibilidad de regresar a la búsqueda del doblete, en el Mundial próximo, a disputarse en septiembre (11-19) de 2027 en Beijing, China. En el caso de los Olímpicos de Los Ángeles, en julio de 2028, se ilusiona con dar la vuelta al óvalo tanto con los obstáculos y así sumar su tercera corona, como en planos, lo que nunca se ha logrado.
La vigésima edición del Mundial de atletismo se cerró este domingo en Tokio después de nueve días de competición, con el sueco Armand Duplantis y la estadounidense Sydney McLaughlin-Levrone como autores de las hazañas más memorables.
Estas fueron las estrellas que brillaron con más fuerza en un Mundial donde Estados Unidos dominó el medallero por quinta edición consecutiva (16 oros en un total de 26 medallas) y donde Kenia fue segunda (7 oros en un total de 11 medallas):
Con el tercer oro mundial asegurado, Duplantis se enfrentó a la barra de 6,30 metros para batir por decimocuarta vez el récord del mundo del salto con garrocha. Derribó la barra dos veces y a la tercera voló por encima.
Salió corriendo en dirección a la grada para ir a besar efusivamente a su prometida, la modelo sueca Desiré Inglander, y brindó a las 60.000 personas que llenaban el estadio Nacional un momento inolvidable.
“Un récord más de Duplantis y World Athletics se queda sin fiesta de Navidad. Si lo bate dos veces, adiós también a la fiesta de verano”, bromeó este domingo el presidente de World Athletics, Sebastian Coe, en alusión al cheque extra de 100.000 dólares por esa nueva plusmarca.
Después de ganar el año pasado el oro olímpico con récord mundial en 400 metros vallas, McLaughlin-Levrone se autoimpuso un gran reto en este 2025: ser la mejor en 400 metros planos.
Deslumbró llevándose el oro con un tiempo de 47.78, quedándose a apenas 18 centésimas del viejo récord mundial de la alemana Marita Koch (47.60), vigente desde 1985.
Desde hacía 40 años ninguna mujer bajaba de los 48 segundos en la vuelta de pista y en esa antológica final lo hicieron dos, ya que la dominicana Marileidy Paulino fue plata con 47.98, el tercer mejor crono de la historia.
En cantidad de títulos, la estadounidense Melissa Jefferson-Wooden fue sin duda la protagonista al conseguir el triplete 100-200-4×100 metros, al más puro estilo Bolt.
Empezó llevándose el oro en los 100 metros (10.61) y luego aplastó a sus competidoras en la media vuelta de pista (21.68), antes de coronarse con el relevo corto, el 4×100 metros (41.75) como final de fiesta.
Los relevos permitieron a otros tres integrantes del ‘Team USA’ acabar con dos oros esta edición: Noah Lyles (200 m, 4×100 m), McLaughlin-Levrone (400 m, 4×400 m) y Lynna Irby-Jackson (4×400 m, 4×400 m mixto), así como al botsuano Busang Collen Kebinatshipi (400 m, 4×400 m).
En la marcha, la española María Pérez escribió otra página de los libros de historia al colgarse los dos oros (20 y 35 km), igual que hizo hace dos años en el Mundial de Budapest.
Antes que ello, solo mitos de la talla de Usain Bolt, Carl Lewis y Mo Farah habían logrado al menos dos oros en dos Mundiales seguidos.
“Soy la mujer más feliz del mundo. No vine para superarme en la historia del deporte, sino para superarme a mí misma”, declaró la marchadora andaluza, que ya tiene cuatro oros mundiales en su impresionante palmarés.
Otra de las grandes triunfadoras de este Mundial fue sin duda la keniana Beatrice Chebet, que igual que en los Juegos Olímpicos de París 2024 logró el doblete del fondo, con títulos en 5.000 y 10.000 metros.
Primero se llevó la victoria en la distancia larga, los 10.000 metros, con un tiempo de 30:37.61, antes de un apasionante duelo ante su amiga y compatriota Faith Kipyegon en los 5.000 metros, una de las pruebas más esperadas de esta edición, donde Chebet ganó en 14:54.36.
Kipyegon fue ahí plata, unos días después de haber logrado su cuarto oro mundial seguido en 1.500 metros, mientras que Emmanuel Wanyonyi fue otro de los siete oros kenianos de este Mundial, triunfando en los 800 metros con un gran tiempo (1:46.81).