Publicado en Mundiales, hace 17 horas
Puerto Príncipe.- Los pandilleros en Haití le quemaron dos blindados a las tropas extranjeras, cuyo mando destacó su desempeño en el control de los bandoleros que hoy siguen dominando el 90 por ciento de esta capital y zonas aledañas.
En las últimas horas 24 horas los bandidos que asedian la comuna de Kenscoff desde hace varios meses, volvieron a los titulares de los diarios al incendiar un par de vehículos de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MMAS), comandada por Kenya.
Los blindados realizaban una ronda de vigilancia en horas de la madrugada cuando un grupo de criminales bien armados, con fusiles automáticos procedentes de Estados Unidos, interceptaron a la patrulla y les prendieron fuego a los ingenios rodantes.
El mando del MMAS hasta hora guarda silencio sobre las posibles bajas en esa emboscada pandillera, precisó el sitio digital Noticias Kominotek.
La fuente recordó que la MMAS emitió un comunicado en el que resaltaba el fortalecimiento de su presencia en Haití, desplegando patrullas móviles y estáticas en la capital y en varias zonas estratégicas del país.
Según la MMAS, ellos garantizan las infraestructuras claves como el aeropuerto internacional y el puerto, además de reabrir carreteras estratégicas.
El comunicado del MMAS también destaca el establecimiento de bases de operaciones avanzadas en el centro de la ciudad, las cuales tienen como objetivo fortalecer la capacidad de respuesta y la presencia de tropas en áreas sensibles.
Noticias Kominotek, apoyándose en los criterios de expertos y otros medios, asegura que el cuadro pintado por la MMAS oculta los contratiempos del contingente en la llamada Perla de las Antillas.
Desde el despliegue del contingente keniano en Haití en junio de 2025, los grupos armados no retrocedieron, por el contrario, nuevos territorios quedaron bajo su control.
En opinión de Noticias Kominotek, el comunicado de prensa del MMAS solo convence a aquellos que quieren creerlo, pues solo halaga a los socios internacionales, tranquiliza a los donantes y alimenta la retórica diplomática, mientras tanto las pandillas en Haití echan raíces.