Publicado en Todo Incluido, hace 10 horas
Miguel Espallait
1- Antes y después de que Nicolás Maduro ganara las elecciones presidenciales celebradas en Venezuela el 28 de julio de 2024, la prensa mundial al servicio de los imperialismos (el estadounidense, el europeo y sus corporaciones transnacionales) desató una campaña mediática bestial nunca antes vista contra el gobernante venezolano y su gobierno. En aquella campaña, sus matrices fundamentales fueron las mentiras, las calumnias, la difamación, las injurias y el descrédito.
2 – Sin hacer mayor esfuerzo, se puede recordar que en nuestro país, en aquel tiempo, día y noche, los llamados influencers saturaron la prensa oral y escrita, las emisoras de radio y televisión y las plataformas de internet como Facebook, YouTube e Instagram con críticas y análisis malintencionados. Estos influencers recibían pagos de la USAI para hacer el trabajo sucio.
3 – En aquellas semanas electorales, en cualquier tertulia hecha en los hogares, en los colmados y colmadones, en los salones de belleza, en las barberías, en los talleres de mecánica y ferreterías, en los carros de transporte público, en los mercados, en las escuelas y universidades, en las calles, en los parques, en las iglesias, en el Metro, etc., solo se hablaba y comentaba acaloradamente sobre aquellas elecciones. En este avatar, los comentarios negativos y hasta las maldiciones contra Maduro y el chavismo iban y venían como ráfagas de viento en una tempestad. A veces eran rayos, truenos y relámpagos de mentiras sucesivas. Estas embestidas obedecían a un libreto bien elaborado por la USAI. Las críticas cargadas de sofismas siempre eran las mismas. Maduro: narcotraficante, corrupto, criminal, asesino, tirano, dictador, y que se había robado las elecciones. Las emisoras a cada momento interrumpían su programación para lanzar dardos venenosos contra el gobernante venezolano y el chavismo.
16 – No obstante, las muchas barbaries cometidas por tantos seres humanos, que envilecidos venden su alma al diablo por un puñado de dólares, no hay que caer en la frustración, ni en la derrota, ni en la desesperanza. Tarde o temprano, la verdad y la justicia se impondrán. Ello será así, porque escrito está en las páginas del cosmos, con el puño y letra de la conciencia universal de eso que llamamos Dios. Los crímenes cometidos contra los niños de Gaza, de Cuba y Venezuela y contra los de todo el mundo, con guerras y bloqueos aberrantes, no quedarán impunes.