Que se aclare esa situación

La noticia de que autoridades locales en Barahona habrían cedido cerca de doscientos metros de terrenos públicos —específicamente, la franja ocupada por la antigua carretera, próxima al cruce de La Guázara— a una compañía para la construcción de un supermercado, enciende una alerta roja sobre la gestión municipal.

Si bien la inversión privada y la generación de empleos son pilares del desarrollo que toda comunidad celebra, la manera en que se facilita este progreso no puede ser opaca ni a expensas del patrimonio colectivo.

La “carretera vieja” no es solo un lote baldío; es, potencialmente, una futura vía alterna, un espacio para infraestructura pública vital, o simplemente un área de reserva para el crecimiento urbano planificado.

¿Se agotaron todas las opciones de terrenos privados antes de recurrir a una cesión tan significativa de suelo público? ¿Bajo qué criterios de transparencia y valoración económica se realizó esta transacción?

La construcción de un supermercado es beneficiosa, pero la cesión de casi doscientos metros de la antigua vía plantea serias dudas sobre la prioridad de las autoridades.

El pueblo exige una explicación clara de las autoridades de Barahona sobre los términos de este acuerdo. El desarrollo debe ir de la mano con la responsabilidad cívica. El patrimonio del municipio debe protegerse, no cederse.