Publicado en Todo Incluido, hace 3 horas
Marcelino Lara
En nuestro artículo de esta semana vamos a analizar el séptimo mandamiento del endeudamiento público definido por el economista Andrés Dauhajre en una publicación realizada en semana recién finalizada.
El séptimo mandamiento dice así: No incurrirás en endeudamientos impuros con el objetivo de inflar artificialmente las reservas del Banco Central y/o mantener un tipo de cambio mentiroso.
Y a continuación comenta el destacado economista que: Hacerlo constituye un pecado grave, pues caes en el terreno del engaño y la falsedad. Proveer a los mercados informaciones reflejantes de “éxito”, construidas con prácticas opacas como esta, tarde o temprano se transformarán en un boomerang que golpeará con fuerza la economía, principalmente, a los que viven de un ingreso o salario fijo. Es pecado endeudar al estado colocando bonos o tomando préstamos en el mercado internacional, que no tengan como destino financiar proyectos de inversión rentables, y cuyo objetivo oculto es el de aumentar los depósitos en los bancos centrales y comerciales propiedad del estado. Fin de la cita.
Podemos deducir de lo escrito por economista Dauhajre que la política económica (fiscal y monetaria) ejecutada en últimos tiempos ha sido muy perjudicial y dañina para todos aquellos que vivimos de un ingreso o salario fijo, es decir la clase media dominicana.
Y todo ese daño, para garantizar de forma artificial elevadas reservas internacionales netas en BC e inflar depósitos en banco estatal.
Burbuja
De manera que simplemente hemos contribuido a crear una burbuja monetaria para dar la impresión de que estamos en el país de la maravilla, haciéndonos creer que la economía está funcionando de forma perfecta y saludable.
Sin embargo, nada más lejos de la realidad, porque no ha habido un crecimiento importante ni de la producción ni del empleo, que son las verdaderas bases del bienestar económico y social.
El resultado final ha sido la ralentización del crecimiento del PIB, que no llega ni a la mitad del crecimiento potencial del 5% definido por el BC, la devaluación del peso dominicano, reducción de la producción agropecuaria nacional lo que ha generado inflación en los alimentos de consumo masivo, y un aumento descomunal del costo de la canasta familiar, que ha disminuido el nivel de vida de mayoría de dominicanos.
Y todo eso nos ha sucedido como castigo por no cumplir con el séptimo mandamiento del endeudamiento público.
Es muy preocupante, porque el castigo no ha sido para aquellos que cometieron el pecado, aplicando una política económica errada, sino para toda la sociedad dominicana, pero de manera muy especial para clase media y pobres.