Publicado en Todo Incluido, hace 1 día
Fabio Herrera Miniño
Los días siguientes al exitoso atentado cometido en contra del hombre que por 30 años había atenazado las libertades y el libre desenvolvimiento de las actividades del pensamiento y las productivas cuando todo se supeditaba a las ambiciones y voluntad del dictador o aspiraciones de sus allegados favoritos de sus más conspicuos seguidores fueron de una angustia y temores que atraparon a la población.
El país, a partir del 31 de mayo, se convirtió en un crisol para finalizar el trabajo iniciado por los arriesgados hombres que en la noche el día anterior le “cortaron la cabeza” al hombre que había tenido en sus manos y a voluntad el destino toda una isla que la parte oriental iniciaría su transitar sin los temores de que sus vidas peligraban por denunciar o demostrar una desafección al sistema que controlaba todavía la isla.
El pueblo haitiano no se libró de las tenazas de la dictadura de Trujillo. Y en el occidente de la isla se sentían los efectos de un sopor de las libertades controladas por un poder que venía de la parte oriental de la isla centradas a una senda de desarrollo muy peculiar donde en oriente las carreteras y edificaciones afloraban por doquier y existía un sistema escolar muy adecuado para los dominicanos que avanzaban en el desarrollo, pero sin libertades, aunque se mantenía al país tranquilo sin pensar en las subversiones tan frecuentes de finales del siglo XIX e inicios del silgo XX.
Las angustias estaban a flor de piel de los dominicanos que veían el rápido circular de los vehículos cepillo del SIM penetrando en las casas, allanándolas y deteniendo a los sospechosos de ser disidentes opuesto al régimen, violando o sacando personas que esposadas eran llevadas a las cárceles que en la capital tenían nombres La 40 o del 9 de la carretera Mella. También eran llevados a las instalaciones de la Academia Militar Batalla de Las Carreras donde el hijo del dictador encabezaba un horripilante centro de torturas.
Junio de 1961 se convirtió en un mes lleno de angustias e indefiniciones políticas, mientras poco a poco era bañado en sangre, se sobrevivía en base a las necesidades humanas de la supervivencia. Poco a poco se volvía a restaurar el ritmo de las actividades bajo los temores de que en cualquier momento podía ser detenido tan solo por simples sospechas. Los equipos de tortura se cuidaban de no equivocarse con las personas que llevaban detenidas y en los centros de tortura se vivían momentos terribles esperando con miedo de ser asesinadas después de haber sido sometidos a horribles torturas donde no dejaban de ejecutarse una sesión en la famosa silla eléctrica..
Eran tiempos angustiantes después del 30 de mayo y al poco tiempo llegaban al país las comisiones de la OEA que venían comprobar las condiciones en que se encontraban los detenidos. A los pocos días se efectuó el sepelio en una iglesia de San Cristóbal. Para luego en noviembre el cuerpo fue sacado y transportado a Europa por su hijo que previamente había ordenado y participado en la muerte de los que habían participado en el asesinato de su padre.
Aplacada la furia de las huestes de la dictadura moribunda se intentó organizar la vida institucional dándole forma al proyecto de conformar un gobierno provisional y organizar elecciones para celebrarlas diciembre de 1962.