Publicado en Editorial, hace 3 horas
La región Enriquillo, rica en talento deportivo, se enfrenta a una triste realidad: el abandono de sus espacios deportivos. Canchas deterioradas, falta de iluminación y equipos obsoletos son la norma en muchos municipios, lo que limita el desarrollo de atletas y aleja a los jóvenes del deporte.
Esta situación es un reflejo de la dejadez de las autoridades deportivas, que parecen haber olvidado la importancia del deporte como herramienta de transformación social. La falta de inversión y mantenimiento en las instalaciones es evidente, lo que genera frustración en entrenadores, atletas y comunidades enteras.
Es hora de que las autoridades tomen cartas en el asunto y prioricen la recuperación de estos espacios. No se trata solo de construir nuevas instalaciones, sino de mantener y mejorar las existentes. Es necesario un plan integral que involucre a todos los actores, desde las federaciones deportivas hasta los gobiernos locales, para garantizar que los atletas tengan las condiciones adecuadas para desarrollarse.
El deporte es una herramienta poderosa para alejar a los jóvenes de la delincuencia y promover valores como la disciplina, el trabajo en equipo y la perseverancia. Invertir en deporte es invertir en el futuro de la región Enriquillo. No podemos permitir que la dejadez de las autoridades siga truncando los sueños de tantos jóvenes que ven en el deporte una oportunidad para salir adelante.
Es hora de exigir respuestas y acciones concretas. La región Enriquillo no puede seguir esperando.