Publicado en Deportes, hace 16 horas
Indiana. – Con toda la presión del favorito, el Oklahoma City Thunder están obligados a reaccionar el viernes, en el cuarto partido de las Finales de la NBA, para que los Indiana Pacers no tomen una ventaja prácticamente inalcanzable.
El equipo que lidera Shai Gilgeous-Alexander, que partía como favorito indiscutible al título, se encuentra con una peligrosa desventaja de 2-1 en esta serie al mejor de siete partidos.
Tras repartirse triunfos en Oklahoma City, el tropiezo del miércoles en Indianápolis colocó al Thunder en una posición muy delicada, con su temporada potencialmente histórica en el alambre.
En caso de volver a perder el viernes en Indianápolis, Oklahoma City necesitará remontar un 3-1 en contra, una gesta que sólo LeBron James y sus Cleveland Cavaliers de 2016 lograron en unas Finales de la NBA.
Ante esta encrucijada, el Thunder apelan a la fortaleza mostrada durante todo la temporada y también a su reacción en las semifinales de la Conferencia Oeste ante los Denver Nuggets después de verse también 2-1 en contra.
La situación “se siente muy similar”, coincidió Gilgeous-Alexander. “Pero los equipos son muy diferentes y al final tenemos que ser quienes somos y hemos sido toda la temporada. Si queremos darnos una oportunidad en esta serie, tiene que ser lo mismo”.
A lomos del base canadiense, elegido Jugador Más Valioso (MVP) de la temporada, los Thunder firmaron una de las fases regulares más dominantes que ha conocido la NBA.
Oklahoma City ganó 68 de los 82 juegos, la cuarta mayor cantidad de la historia, y fijó varios récords incluido el de mayor diferencial de puntos respecto a sus rivales (12,9 por partido).
En caso de alzar el segundo campeonato de la franquicia, y primero desde el traslado de Seattle, el Thunder llegarían a 84 victorias combinadas entre fase regular y playoffs, la tercera mayor cifra de la NBA.
Pero el último escalón de el Thunder, candidatos a abrir una nueva dinastía por la juventud de sus figuras, ha topado con un poderoso obstáculo en los sorprendentes Indiana Pacers.
Con un estilo valiente y sin complejos, los pupilos de Rick Carlisle han hecho trizas todos los pronósticos en estos playoffs, que comenzaron como el cuarto sembrado del Este.
Si su triunfo inicial ante el Thunder fue prácticamente milagroso, con una remontada imposible y una canasta en el último segundo de Haliburton, el del miércoles (116-107) desterró toda tentación de seguir subestimando a estos Pacers.
Ahora están a sólo dos pasos de entregarle el primer campeonato a Indiana, un estado que se enorgullece de tener una relación especial con el básquet a todos los niveles.
“Lo más importante es que es un momento realmente emocionante. Jugar contra estos chicos es un honor. Es muy divertido. Este es un equipo con 68 victorias, históricamente una de las mejores defensas de todos los tiempos y tienen al MVP”, reconoció Tyrese Haliburton, la estrella de Indiana.
“Si vas a ganar, quieres hacerlo venciendo a los mejores y este equipo ha sido el mejor durante todo el año”, recordó. “Nosotros estamos emocionados de jugar otro partido frente a nuestra afición y lo queremos abordar igual que ayer (…) No hay necesidad de estar demasiado eufóricos o emocionados. Todavía queda mucho trabajo por hacer”.
A diferencia de su rival, Indiana sí cuenta con dos líderes que conocen la gloria en la NBA: el propio Rick Carlisle (en 2011 con los Dallas Mavericks) y el pívot camerunés Pascal Siakam (2019 con Toronto Raptors).
Mark Daigneault, el joven entrenador de Oklahoma City, reconoció que el aspecto psicológico será fundamental para regresar a casa con la eliminatoria empatada.
“Estando 2-1 abajo en una serie es normal que haya emociones asociadas, pero arrastrarlas a la siguiente experiencia no va a ayudar a nadie”, demandó. “Hemos convertido en un hábito competir desde que la pelota está en el aire. Mañana tenemos que redoblar nuestros esfuerzos en ese sentido”.