Publicado en Todo Incluido, hace 11 horas
La geopolítica ha vuelto. Los ataques entre Israel e Irán aumentan el temor a una escalada más amplia en la región. Irán posee uno de los mayores inventarios de petróleo del mundo.
El pasado viernes el Brent subió a 79.04 dólares y 75.15 dólares el West Texas Intermediate de referencia en Estados Unidos.
La experiencia demuestra que cada fuerte elevación de precio reduce la tasa de crecimiento y aumenta la inflación en los países importadores netos, el efecto es parecido al de un impuesto a la importación y al consumo.
El FMI calcula que por cada aumento del barril de crudo de 10 dólares, el crecimiento mundial se reduce 0,3 puntos porcentuales y la inflación mundial aumenta 0,25 puntos.
Si este año por el barril pagamos un precio medio de US$70 el barril, aumentaría 6,44 dólares comparado con 2024, descontaría 0.2 puntos porcentuales al crecimiento de nuestro PIB real y aumentaría 0.15 puntos porcentuales a la inflación, los consumidores tendrían pérdida de poder adquisitivo y de ingresos las empresas.
Sería el comportamiento si se reduce el consumo de combustibles, lo que en el pasado no ocurrió, se mantuvo robusto, no obstante, reducirse de manera significativa la dependencia en los últimos 24 años.
Por cada millón de dólares de PIB consumimos 2,040 barriles en el 2000, redujo a 600 barriles 24 años después, acumulado; la eficiencia energética petrolífera aumentó 70.6%, un 3% como promedio anual.
Dos factores incidieron, el PIBó 4 veces, de US$2,870.6 en 2020 a US$11,541.5 en 2024, el crecimiento acumulado de 167.8%, anual 7%, y la especialización productiva de la economía, en 2024, mucho menos intensiva en petróleo que en el 2000. Todo lo anterior explica la caída de 2.5 puntos porcentuales de la factura petrolera en el PIB.
Debemos tener claro que el aumento de precio del petróleo es un choque impuesto desde fuera, nada podemos hacer para evitarlo, salvo seguir aumentando la eficiencia para ser cada vez menos dependiente de la materia prima.
En la mayoría de países importadores netos de combustibles, aquí también, la reducción de precio en el mercado interno es más lenta que la que la del petróleo, aplican el efecto cohete y pluma: el precio interno se dispara cuando el petróleo sube y baja poco cuando se reduce la cotización.
En nuestro caso incide mucho la economía de Refidomsa, poco productiva por su simpleza, el crudo y el costo de refinación suponen más de la mitad del precio final que pagan los consumidores por los derivados que produce, el resto son impuestos (Ley No. 102-00 y Ley No. 495-06, y Ad-Valorem reforma fiscal), alrededor de 33%, y 16% márgenes distribuidores, detallistas y transporte que llaman “comisión por transporte”.
Dos opciones
Como el FMI acepta que el actual escenario mundial cambia las prioridades fiscales de los países, también que la deuda supere lo recomendable, tenemos dos opciones: el Gobierno asuma un porcentaje importante del aumento de precio del petróleo después de evaluar el impacto en las cuentas públicas y sostenibilidad de la deuda; trasladar el aumento a los consumidores, sabiendo que la lógica reacción de estos últimos será pedir aumento de salarios nominales para mantener los salarios reales y evitar deterioro de sus ingresos, y los empresarios trasladar los mayores costos a los precios finales de los bienes que producen para evitar reducir beneficios más allá de cierto límite.