Publicado en Nacionales, hace 1 mes
Santo Domingo.-Han pasado 744 horas desde que las familias de Yankhoba Talk y Sidane Wade se enteraron de que sus documentos fueron encontrados a más de 6,000 kilómetros de casa. El hallazgo culminó con más de 6 meses de incertidumbre sin saber donde estaban.
De acuerdo a la organización española Caminando Fronteras, la yola con restos humanos que se encontró el pasado 6 de agosto en las costas de Gaspar Hernández, provincia Espaillat, salió desde Nuakchot, capital de Mauritania el 22 de enero, con 77 migrantes a bordo, cuatro de ellos de menos de 16 años.
Hasta el momento ninguno de los gobiernos se han acercado a las familias de las víctimas para abordar el proceso de extradición.
“No hemos recibido aún información de los gobiernos”, cuenta Abdoul Moussa Wone, primo de Yankhoba.
“Nadie nos ha dicho nada”, cuenta Ibrahima Khaliloullah Wade, tío de Sidane Wade.
Los restos permanecen en la oficina del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) en el Cementerio Municipal Cristo Vivo del sector El Ingenio en el distrito municipal de Santiago Oeste.
“Los restos recuperados no están completos, se han realizado hasta ahora 18 procedimientos de autopsias. Sin embargo, al menos 3 de estos casos requieren estudios más profundos debido a que se encontraron partes solas del cuerpo y se debe hacer un ADN para determinar si las partes son del mismo cuerpo”, cuenta Fáthima Frometa, patóloga y directora del Instituto Nacional de Ciencias Forenses Regional Norte
Las autopsias determinaron que no se encontraron signos de violencia en las osamentas. Aunque no se han establecido las causas de la muerte debido al avanzado estado de descomposición y al tiempo que los cuerpos permanecieron en alta mar.
Además de las autopsias, se hicieron fichas odontológicas, radiografías y un estudio arqueológico que busca determinar tallas, edades y raza.
El equipo de investigación está compuesto por más de 10 profesionales, incluidos 5 médicos forenses, 4 odontólogos forenses y 2 antropólogos forenses.
“Los estudios han determinado que uno de los cuerpos pertenece a una mujer, mientras que los demás son hombres. La mayoría de osamentas están en estado de reducción esquelética y otros en período policuactivo”, explica Frometa.
Las edades estimadas de las personas oscilan entre los 20 y 35 años, y, a través del análisis de las características óseas, se ha confirmado que son de raza negra.
“Solo uno de los cuerpos conserva restos de órganos, mientras que los demás no presentan contenido estomacal”, explica la patóloga.
A los cuerpos se les extrajo las muestras para la comparación por ADN, y los restos están actualmente almacenados en recipientes especiales en el Inacif en Santiago.
En caso de que no se reciban reclamaciones, los restos podrían permanecer allí por 3 meses o más, y posteriormente serían enterrados en fosas comunes de no comunicarse con las familias.
“Hasta la fecha, no se ha recibido información de las familias en Mauritania, Senegal o Mali para continúar la investigación haciendo las comparaciones del ADN”, detalla la especialista.