Publicado en Todo Incluido, hace 10 meses
El cambio en el clima siempre ha existido. Huracanes y tormentas desastrosas han sido registrados por la historia universal y dominicana. Lo que debemos condenar es la incapacidad y la negligencia, que los vuelve culpables. Desde que se comienzan a nombrar funcionarios por «pegar afiches» en el partido o por «amiguismo», ignorando las carreras y sus áreas, pues ahí empieza la culpabilidad.
Pocos ministerios y direcciones tienen personas capaces y que sean graduados en eso. El Ministerio de Obras Públicas está dirigido por alguien que no es graduado en esos asuntos. Así las otras instituciones que permiten el orden y el funcionamiento.
Es negligencia no haber dedicado suficiente atención e inversiones durante los últimos años a las políticas destinadas al mantenimiento de las infraestructuras o si fueron los otros, mostrar las auditorías o acusaciones formales hechas a los anteriores, de lo contrario estamos ante complicidad vergonzosa.
Ante vidas de seres humanos deben existir códigos y es lo que por desgracia se ha venido perdiendo.Están demostrando, en la práctica, que para ellos el valor solo lo tiene el dinero y no el factor humano, que solo les sirve a la hora de solicitar votos. Es inaceptable y no se puede justificar.
En la oposición señalaban al oficialismo y en el oficialismo señalan a la oposición, ahí está la otra incapacidad, falta de carácter y falta de humildad. Los encargados de recibir los préstamos no son los de la oposición y, tampoco son culpables de gestionar e invertir; olvidarse de Fernández, Medina o Trujillo: resuelvan a la gente que para eso lo pusieron ahí.
Si se hubiera invertido en mantenimiento, la cantidad de fondos que se invierte en publicidad, en anuncios de propaganda politiquera y en manipular la prensa, hoy en día las decenas de personas que han muerto y otras que están desaparecidas, estuvieran vivas y felices junto a sus seres queridos. No den excusas y mucho menos, poco creíble, demostrando más incapacidad.
Solo vamos a pensar en el tipo de negligencia civil que debería ser objeto de demanda, pero hay otra negligencia que es la criminal. Funcionarios del oficialismo han ignorado riesgos evidentes, con el conocimiento informado públicamente de las columnas del «túnel de la 27» y ellos no respondieron como verdaderos protectores de los ciudadanos. Actuaron con total imprudencia y deben pagar daños monetarios o llevados al Ministerio Público.
Estas instituciones deben cubrir los daños causados y otorgar pensiones y protecciones de los infantes que perdieron sus padres por asuntos de la naturaleza, negligencia e incapacidad de las instituciones, no por culpa de ellos.
Dineros usados a la ligera, siendo un «barril sin fondo» y en favor de la agenda, en vez buscar los medios en proteger al pueblo. Ahora veremos más préstamos como los solicitados en la tragedia en San Cristóbal y todo está igual o peor. Este desdichado pueblo sufrió un nuevo “tsunami”. Este más devastador, cobrando un saldo excesivo de muertos por culpa de sus torpezas y negligencias criminales.
Los afectados no tienen dónde hospedarse. Mucha gente no tiene comida. Sus efectos personales se han perdido. No hay cuidado médico disponible. Las escuelas no están accesibles. Incontables personas están sin techo. La crisis inmediata requiere una movilización nacional de personal médico, asistentes sociales, militares, expertos en rescate, ingenieros hidráulicos.
Comida, agua y suministros médicos deben ser provistos con urgencia por los monopolios de los ricos que controlan en Salud Pública y Agricultura. Más rápido hay una movilización militar y policial ante protestas sociales que, ante desgracias sociales, han sido así y así serán siempre.
Ante este caos la gente hambrienta y “saqueadores” están llevándose todo.
Las pérdidas de la propiedad personal deben ser completamente restauradas y garantizar la seguridad de sus bienes, cosa que se agrava con los saqueos.
El gobierno debe subordinar todos sus esfuerzos para dar auxilio efectivo a corto y largo plazo a las víctimas. Pero al mismo tiempo, la clase trabajadora en este país debería encontrar una manera de saber elegir funcionarios, capaces, diligentes y que verdaderamente le duela los sufrimientos y las desgracias a este pueblo.