Publicado en Todo Incluido, hace 1 día
Alejandro Santo
Revisando algunos detalles de la reforma constitucional que promovió Danilo Medina en 2015, y el proceso de aspiraciones que como consecuencia se derivó en el PLD, y observando ahora la reforma realizada por Abinader y lo que también está sucediendo en el PRM, notamos rasgos comunes entre aquel proceso liderado por Danilo y este actual protagonizado por Abinader.
Pero antes, repasemos brevemente que los procesos políticos dominicanos están plagados de giros inesperados e inverosímiles, donde un “no” en voz de un presidente puede esconder un “sí”, y viceversa. Las posturas claras, expresadas abiertamente y de cara al sol, suelen escasear. Esta ha sido una de las razones por las cuales la población recibe con escepticismo ciertas medidas en el ámbito político y electoral.
El guion de Joaquín Balaguer consistía en afirmar siempre que no optaría por la reelección, para luego aparecer, en el tramo final, como el redentor que el país necesitaba, justificando así un nuevo período presidencial.
Hipólito Mejía imitó ese libreto, asegurando que no aspiraría a otro mandato, alegando que el PRD era un partido antirreeleccionista y que jamás traicionaría los principios instaurados por su líder, Peña Gómez. Sin embargo, terminó promoviendo la modificación constitucional para buscar la reelección en las elecciones de 2004.
Lo mismo ocurrió con Leonel Fernández, quien impulsó una reforma constitucional amplia y profunda, pero que también incluyó la posibilidad de volver a aspirar a la presidencia, superando así la barrera del “nunca jamás” que impedía su retorno al poder.
El candado
Volviendo a Danilo y Abinader: en 2015 se modificó la Constitución para permitir la reelección de Danilo Medina. En dicha reforma se incluyó un artículo transitorio, todavía vigente, conocido como el “candado de Danilo”, cuyo texto reza:
Novena: En el caso de que el Presidente de la República correspondiente al período constitucional 2012-2016 sea candidato al mismo cargo para el período 2016-2020, no podrá presentarse para el siguiente período ni a ningún otro, así como tampoco a la Vicepresidencia de la República.
Décima: El Presidente de la República electo el tercer domingo de mayo de 2024, nunca más podrá presentarse al mismo cargo, ni a la Vicepresidencia de la República.
Como puede apreciarse claramente, ese impedimento recae de forma directa e inequívoca sobre Danilo Medina. En el momento en que se promovió esa modificación, se buscó enviar un mensaje contundente: no existía posibilidad alguna de que Danilo volviera a optar por la presidencia. Se pretendía generar una percepción de irreversibilidad en la decisión adoptada.
Sin embargo, posteriormente se articuló una estrategia para modificar de nuevo la Constitución y eliminar las normas que le impedían a Medina optar por un nuevo mandato. Se sabía que se había logrado el respaldo de la mayoría del Congreso, incluyendo senadores y diputados de partidos opositores al PLD, para lograr dicha reforma.
En 2019, ni el PLD ni Danilo contaban con los votos suficientes por sí solos para modificar la Constitución. Obligatoriamente, necesitaban el respaldo de legisladores de otras organizaciones. Aun así, se sabe que esa dificultad ya había sido superada.
Paralelamente a esos planes reeleccionistas, el propio presidente Medina alentaba las aspiraciones presidenciales dentro del PLD, creando la esperanza de que surgiría otra propuesta, mientras que en el fondo continuaba trabajando en estrategias para prolongar su permanencia en el poder.
La situación de Luis Abinader guarda similitudes con la de Danilo Medina. Al igual que Danilo, quien enfrentaba el impedimento de continuar más allá de dos períodos, Abinader también busca establecer un nuevo “candado” constitucional.
Así, auspicia una nueva reforma que, según ha expresado, busca blindar el artículo 268 de la Constitución, consagrando la elección presidencial como un derecho inmodificable y asegurando la alternancia en el poder como principio esencial.
“Ningún presidente podrá aspirar a un tercer período. Esta es una muestra clara de mi convicción y compromiso democrático. Termino el 16 de agosto de 2028 y no sigo más, no sigo más. Nunca más”, declaró Abinader ante la Asamblea Nacional.
Y añadió: “Con esta medida, ningún presidente, presente o futuro, podrá modificar las normas de elección para beneficio propio”.
Del mismo modo, el presidente Abinader ha convocado a los aspirantes presidenciales del PRM para motivarlos a trabajar en la consolidación de sus proyectos con miras a una candidatura presidencial.
Sin embargo, de forma sigilosa, comienzan a surgir voces en el PRM que insisten en que el único capaz de mantener la unidad del partido y asegurar una victoria en las próximas elecciones es Luis Abinader. Poco a poco, parece tejerse una estrategia orientada a anular el impedimento constitucional que hoy lo limita.
La diferencia a favor de Abinader en esta coyuntura es que cuenta con una mayoría congresual prácticamente absoluta, lo que le permitiría modificar la Constitución con las fuerzas propias del PRM, sin necesidad de buscar apoyo externo.
También juega a su favor el contexto internacional. Es probable que el expresidente Donald Trump aspire a un tercer período presidencial en Estados Unidos, por lo que difícilmente desde ese país se verían con malos ojos intentos similares en la República Dominicana.
Como puede observarse, existen elementos comunes entre el proceso que atravesó Danilo Medina y el que ahora enfrenta Luis Abinader. La historia, al parecer, se repite.