Por Carlos Juio Feliz Vidal
El Gobierno debe afrontar con responsabilidad el maltrato que dispensan funcionarios y empresas privadas de otros lugares del país a propietarios de terrenos en Pedernales.
En muchos casos que conocemos, hay abuso, expropiación sin pago previo y despojo del Derecho de Propiedad, en violación al artículo 51 de la Constitución.
Los propietarios están siendo asediados y manipulados y nadie parece oír sus voces que se elevan desde la frontera, donde empieza la patria.
La situación de los pescadores, denunciada en el propio Congreso Nacional por el senador de la provincia de Pedernales, amenazados de ser desalojados de los centros logísticos de operación qué han mantenido por décadas, por parte de entidades del Estado, genera serias preocupaciones para cientos de hombres y mujeres que por décadas alimentan a sus familias del producto de la pesca.
El presidente Luis Abinader está empeñado en desarrollar a Pedernales, lo que ha demostrado de manera eficiente, facilitando infraestructuras, promoviendo la inversión nacional y extranjera, sin embargo, hay entidades públicas y privadas que con sus acciones, están dificultando la vida, derechos y actividades de las personas que han mantenido con esfuerzos sostenidos la llama de la dominicanidad en esa distante provincia.
El presidente Luis Abinader, cuya sensibilidad todos conocemos, parece no estar enterado de esas prácticas que vienen afectando derechos legítimos de personas de Pedernales, porque su interés es desarrollar la zona y a las gentes que la habitan.
Los males se corrigen a tiempo; Pedernales apoya el turismo sostenible sin menoscabo de la dignidad de sus personas.