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Desde Ciudad Juan Bosch al Centro de los Héroes por RD$35

Publicado en Nacionales, hace 6 años

Santo Domingo.- Canta el gallo y desde lejos se vislumbran decenas de personas que, residiendo en distintos extremos de Santo Domingo Este, salen de sus hogares hacia el Distrito Nacional, donde con solo 35 pesos pueden recorrer en una hora y 35 minutos desde Ciudad Juan Bosch, hasta Centro de los Héroes, usando un autobús de la Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses  (OMSA) y las líneas del Metro de Santo Domingo.

Con bulto en mano y como ciudadana cualquiera me dispongo a tomar desde la Ciudad Juan Bosch,  un autobús de la OMSA para lo que pago 15 pesos a fin de costear el viaje.

Tras un recorrido de 41 minutos incluyendo 12 paradas, llegué a la estación Concepción Bona. Era perceptible un bullicio al unísono enredado con choferes y peatones que se trasladaban de manera apresurada desde distintos lugares de la Zona Oriental.

Entre prisa y cautela, me traslado 12: 35 del día hacia las inmediaciones de la estación y a continuación me dispongo a hacer el recargo de mi tarjeta, a la que le pongo 20 pesos para el viaje en el que estaré la próxima hora y media.

Ya en el metro,  veo como de prisa el vagón en el que me encuentro, acelera de forma veloz, tanto que parecía inverosímil que en apenas dos minutos ya me encontraba en la nueva parada Trina de Moya. Quedé absorta al contemplar en mi reloj de mano, las 12: 38 y me encontraba en la Estación Rosa Duarte, próxima a la calle Arzobispo Fernández de Navarrete,  de Los Mina. La llegada a la Ercilia Pepín fue toda una hazaña, eran las 12:39 minutos cuando “nos deteníamos en sus rieles”. La Estación Eduardo Brito, me recibió con el mejor de los parabienes, justo cuando el péndulo señalaba las 12:41.

En poco más de cinco minutos los usuarios de este medio de transporte podrán llegar desde la estación Concepción Bona hasta la Eduardo Brito, un tiempo récord que abarca desde la avenida San Vicente de Paúl hasta la avenida Francisco del Rosario Sánchez, un traslado que habría sido sumamente lento en “carritos de concho” y “guaguas” tardando alrededor de 40 minutos, con un costo aproximado de unos 25 pesos cada uno. En cambio, el metro tiene un módico precio de 20 pesos por viaje.

Dentro de la Eduardo Brito, caminé uno cuantos segundos, aproximándome rápido hasta los “vagones en vuelo” del Teleférico, en el que se conecta con la parada de Gualey rumbo a la multitudinaria estación de Los Tres Brazos, llegué a las 12:50 minutos. Allí aprovecho para charlar con María García, de 57 años, residente de Boca Chica, quien pasó por esa zona a realizar diligencias personales, afirma con una sonrisa en el rostro, que como ella muchas personas economizan el dinero y que incluso muchos optan por dejar su vehículo en los estacionamientos de sus residencias a fin de ahorrar combustible, dinero y tiempo.

Luego de siete minutos de cómodo, divertido y ameno trayecto, me aproximo en compañía de ocho pasajeros hasta los albores de la estación de Sabana Perdida, me detiene al instante las bases superpuestas para enviarme  directo hacia esa localidad.

Pongo mis pertenencias a un lado para iniciar tertulia con Pedro Sánchez, de 26 años, quien señala que antes gastaba 200 pesos y que en la actualidad con tan solo recargar su tarjeta con 40 pesos tiene el pasaje de ida y vuelta hacia su lugar de destino. Trabaja en las inmediaciones de la avenida Núñez de Cáceres y dice con una risa llena de satisfacción que el metro lo deja a “un paso” de la compañía donde labora.

El aire fresco que sale a borbotones desde debajo de la “canastilla del teleférico” es el remedio perfecto para contrarrestar el calor del mediodía mientras se observa con detenimiento el paradójico contraste entre este innovador sistema ferroviario y las casuchas a la distancia.  Fue casi imperceptible mi llegada hasta la avenida Charles de Gaulle, en tan solo cinco minutos.

Con el norte de dirigirme hacia el Centro de los Héroes, en La Feria, y con una calma que no me la brinda ningún transporte interurbano, me dispongo a retornar a fin de trasladarme hacia las estaciones del Teleférico, en unos cinco minutos y 40 segundos, llego nuevamente a la Estación Eduardo Brito, en el cual me apresuro hacia las inmediaciones del metro.

Como trazando un boceto, llego a  la Estación Manuel de Jesús Galván, perteneciente a la Línea 1 del tren, en cuestión de dos minutos, era destacada la larga franja que identificaba la estación Horacio Vásquez, quien según mis investigaciones fue mi ancestro.

Próximo a la avenida Duarte, a tres minutos se encontraba la parada Ramón Cáceres. Solo dos minutos fueron suficientes para llegar a la estación Mauricio Báez, próximo al Expreso V Centenario, con ese mismo tiempo atravesé la estación Coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, cercana a la avenida Leopoldo Navarro.

Sin mediar más tiempo, y con la rapidez de un halcón, logré llegar de inmediato a la parada de Juan Pablo Duarte, para hacer la transferencia hacia la Línea 1 del Metro. De manera efímera dejé los vagones del tren que me trasladaron hacia la avenida Máximo Gómez.

Muchos se pusieron de pie al escuchar la “voz” indicar que nos aproximábamos a la avenida 27 de Febrero: estación Juan Bosch. Un vibrante silbido fue el preludio que avisaría que la parada Casandra Damirón estaría por llegar, mientras niños, jóvenes y adultos se encontraban ensimismados en periódicos, aparatos electrónicos o simplemente a espera de que finalizara su recorrido.

De buenas a primeras, habíamos “aterrizado” en el suelo que colinda con el Ministerio de Educación, es ahí cuando se detiene y el nombre “Joaquín Balaguer” se hace latente.

Con la presión que puede resurgir de entre la muchedumbre me encuentro a Alba Ruiz, quien sin mucho rodeo inicia la conversación en señal del gran ahorro que ha experimentado por la nueva puesta en marcha de la línea 2B del Metro, destaca que se ha ahorrado 50 pesos al usar esta facilidad de transporte.

Con asombrosa rapidez, las estaciones Amín Abel y Francisco Alberto Caamaño Deñó pasan inadvertidas con la entrada y salida de cientos de transeúntes de la capital. Fue de esta manera que logré llegar a mi destino por la vía más idónea: el Centro de los Héroes me esperaba.

Allí mi reloj también fue testigo de mi magnífico encuentro con el pavimento, era la 1:09 cuando la experiencia de un viaje anunciado me susurró que al fin había llegado a tierra segura.

Testimonios
Sugey López necesitaba 25 pesos para ir y 75 para venir, ahora me cobraron 20 pesos con el “transfer” hasta Sabana Perdida. Ella es maestra en la Escuela Nuestra Señora del Rosario de Fátima, está ubicada en la Carretera Mella, tiene un año transportándose en el Metro. Evelyn Pérez, residente de Sabana Perdida, trabaja en  la calle El Conde, de la Ciudad Colonial,  dijo que “ahora no estoy pagando porque tomo el Teleférico y como con la tarjeta del Metro te permite pasar, luego tomo una guagüita, aun pague algo más me gusta aquí, es más cómodo, voy tranquila, llego temprano, no voy con esa prisa, no voy sudada y en cambio estoy relax”.

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