Publicado en Todo Incluido, hace 4 semanas
Rafael Ramirez Medina
La reforma fiscal y la reforma tributaria no es exactamente lo mismo, aunque a menudo se confunden o se utilizan de manera intercambiable.
Cuando me reúno con amigos, y familiares y tocamos el tema de las reformas, me hablan de reforma tributaria refiriéndose a la reforma fiscal, porque están confundidos piensan que es lo mismo. Es por esta razón que me veo en la obligación de expresarme por este medio en dónde radica la diferencia entre estos dos conceptos, porque sé que hay muchas personas que están confundidas.
Aunque ambos conceptos se refieren a impuestos, es decir a cambios en la política económica de un país, pero al momento de realizar una reforma fiscal o una reforma tributaria, dependiendo de cuál de las dos vamos aplicar, una es más amplia que la otra, y debemos de emplear otros aspectos que la otra no incluye.
Una reforma fiscal es un conjunto de cambios o modificaciones en las leyes y normativas fiscales de un país, con el objetivo de mejorar la recaudación de impuestos, redistribuir la carga impositiva, estimular la economía, reducir la evasión fiscal, entre otros propósitos.
Esta reforma puede implicar cambios en los impuestos existentes, la creación de nuevos impuestos, la eliminación de exenciones fiscales, entre otras medidas.
Mientras que una reforma tributaria es un proceso mediante el cual se realizan cambios en el sistema de impuestos de un país.
Estos cambios pueden incluir modificaciones en las tasas impositivas, en las bases imponibles, en los tipos de impuestos, en los incentivos fiscales, entre otros aspectos.
El objetivo de una reforma tributaria, suele ser mejorar la eficiencia en la recaudación de impuestos, promover la equidad fiscal, estimular el crecimiento económico y asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas, visto en sentido general diríamos que estamos hablando de lo mismo, pero la diferencia entre una y la otra radica en su enfoque y alcance.
Lo que sucede es que una reforma fiscal es un término más amplio que abarca todas las políticas relacionadas con los ingresos y gastos del gobierno, que incluyen no solo los impuestos, sino también el gasto público, el endeudamiento y la estructura general del sistema económico entre otros elementos.
En este sentido, una reforma fiscal puede abarcar una variedad de medidas para mejorar la equidad social o la estabilidad financiera de un país.
Mientras que, por otro lado, una reforma tributaria se centra específicamente en los impuestos y en los cambios que se llevan a cabo en el sistema tributario de un país. Esto implica modificaciones en las leyes y normativas relacionadas con los impuestos, como tasas impositivas, bases imponibles, incentivos fiscales, entre otros, como ajustar las cargas impositivas entre los distintos sectoresde la sociedad.
En resumen, mientras que una reforma fiscal es más amplia e incluye aspectos más allá de los impuestos, una reforma tributaria es una parte o componente de una reforma fiscal que se enfoca exclusivamente en los cambios dentro del sistema de impuestos de un país.
Si debemos de estar claro que todas las reformas tributarias son reformas fiscales, pero no todas las reformas fiscales son reformas tributarias.
Finanzas para no financieros.