Publicado en Nacionales, hace 1 día
Santo Domingo. – En los últimos 30 años el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte se ha convertido en el saco de golpeo del Distrito Nacional. Solo con instalaciones que de deportivas no tienen nada, se le ha afectado o instalado con dos destacamentos policiales, dos estaciones del metro, una estación subeléctrica y varios espacios de parqueo privado.
Amén de que en cada concierto o evento masivo que se realiza se toman las áreas verdes de complejo deportivo y bosque del centro de la ciudad como área de estacionamiento, espacio comercial y urinario.
Ahora se sabe que el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales autorizó el corte de 901 árboles localizados en el perímetro del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte, por considerarse que afectan las edificaciones del complejo deportivo.
La medida está contenida en la resolución No. 016-2025 que autoriza al Ministerio de la Vivienda y Edificaciones (Mived), representado por el ministro Carlos Bonilla, y al Ministerio de Deportes y Recreación (Miderec), encabezado por Kelvin Cruz.
El permiso autoriza expresamente el corte de árboles pertenecientes a 28 especies dist
A pesar de las especies mencionadas los técnicos de la Dirección de Bosques y Manejo Forestal hicieron una evaluación técnica y expresaron que “no se encontró objeción alguna para que se le otorgue la autorización solicitada a la luz de la ley”.
En una caminata realizada el martes 22 de julio por sus instalaciones, este medio constató la tala de 64 árboles en distintas zonas deportivas del complejo.
En la cancha de futsal se contaron 13 tocones, 17 más en las de baloncesto, seis en las de voleibol, cuatro en los alrededores del estadio de béisbol y otros cuatro detrás de la pista de ciclismo.
Pero el golpe más fuerte al paisaje arbolado se percibe entre el pabellón de judo y el centro acuático, donde al menos 20 árboles fueron talados.
El Centro Olímpico fue inaugurado para los XII Juegos Centroamericanos y del Caribe en 1974, no solo es un referente deportivo: es un pulmón urbano en una de las zonas más transitadas de Santo Domingo. Cada árbol aquí ha sido parte de la historia de miles de atletas y visitantes.
La fundación Wiche García Saleta ha expresado su descontento con la desforestación que está sucediendo actualmente en el Centro Olímpico por lo que ha solicitado ”la intervención urgente del presidente Luis Abinader para que constate personalmente los graves daños ocasionados y disponga las medidas necesarias para detener esta destrucción”.
intas, entre ellas juan primero, roble, grigrí, caoba africana, caoba criolla, cedro, casuarina, almacigo saman, framboyán, ceiba y almendra, entre otros.
En 1996, se propone instalar una feria mecánica dentro del COJPD, lo que genera rechazo por su impacto sobre las áreas verdes. Ese mismo año, se reporta la tala y quema de árboles, cuyas cenizas y restos fueron ocultados para encubrir los daños.
En 1999, las áreas verdes del centro olímpico comienzan a ser utilizadas como depósito de materiales de construcción, alterando el ecosistema del lugar y degradando su vocación deportiva y recreativa.
En 2001, inicia un proceso de deforestación significativa dentro del COJPD como parte de los preparativos para los Juegos Panamericanos 2003, priorizando obras por encima de la preservación ambiental.
En 2005, parte del terreno del COJPD es destruido para la construcción de la Línea 1 del Metro de Santo Domingo, afectando una vez más áreas verdes clave del complejo deportivo.
En 2009, el espacio comienza a experimentar un proceso de ocupación progresiva con la instalación de dos destacamentos policiales, dos estaciones del metro, una subestación eléctrica y varios parqueos privados.
Urbanistas como Emilio Brea y Omar Rancier advirtieron sobre la ausencia de planificación estructural, alertando que dicha falta de control facilitaría el avance de la deforestación.
En 2010, medios y sectores ciudadanos denominan la situación como “El gran pulmón reducido”, en alusión a la pérdida significativa de cobertura vegetal y a la transformación del uso original del área.
En 2011, el dirigente deportivo Luis Mejía Oviedo se pronuncia públicamente sobre la saturación del entorno, consecuencia directa de una política de construcción que contradice el carácter original del lugar como zona verde.
Según Mejía, estas intervenciones provocaron la deforestación más severa desde los primeros años de la década de 1970, fecha en que fue concebido el proyecto.