Publicado en Regionales, hace 2 días
Jimaní.- El alcalde del municipio fronterizo de Jimaní, Laureano Santana, expresó este martes el grave impacto económico que ha tenido en su comunidad debido al cierre prolongado de la frontera con Haití, como consecuencia de la crisis sociopolítica que enfrenta el país vecino.
Santana explicó que la paralización del intercambio comercial binacional afectó directamente a los sectores productivos y de servicios del municipio, cuya economía depende en gran medida de la dinámica fronteriza.
“Eso ha sido un impacto devastador porque esas grandes patanas y ese tránsito de vehículos dinamizan la economía en el pueblo de Jimaní. Hay muchos comedores, restaurantes, bares, todo eso afectado”, expresó el alcalde.
El mercado binacional, que se celebra tradicionalmente en Jimaní, representa la principal fuente de empleo e ingresos para sus habitantes. Sin embargo, las restricciones impuestas desde mayo del año pasado provocaron el cierre total del comercio fronterizo, afectando a miles de familias.
“En el año pasado, en la fecha como de mayo, se suspendieron las actividades económicas en el mercado binacional completamente. No había tránsito, no había mercado, todo se cerró”, indicó Santana, quien añadió que apenas hace “dos meses y pico” se retomaron parcialmente algunas operaciones.
La reanudación del comercio, según explicó, se realiza mediante un sistema de trasbordo en el que los camiones dominicanos llegan hasta Jimaní y allí los camiones haitianos recogen las mercancías. Este mecanismo evita que los productos ingresen directamente a zonas controladas por bandas armadas en Haití.
“Los vehículos que salen de Santo Domingo y de otros pueblos de la República llegan a Jimaní. En Jimaní llegan los camiones haitianos y hacen el trasbordo y se llevan la mercancía. Así está funcionando el tránsito por aquí”, detalló.
Ante la falta de comercio estable, la comunidad se ha visto obligada a sobrevivir en condiciones extremas.
“Cuando se da la situación como pasó los otros meses, que cerró el mercado, duró más de ocho meses cerrado, la gente vive a veces hasta de la gracia de Dios, porque deben de sobrevivir”, lamentó.
El alcalde también señaló que, pese a contar con tierras fértiles y voluntad de trabajo, la agricultura local está paralizada por la falta de agua y apoyo técnico. A eso se suman deficiencias críticas en servicios básicos como la energía eléctrica, lo que complica aún más las posibilidades de recuperación económica del municipio.