Publicado en Todo Incluido, hace 6 horas
Engañar: «Hacer creer algo que no es verdad: engañar a un inocente…3. Engatusar…4. Ser infiel al cónyuge cometiendo adulterio. 5. Seducir una persona a otra. 6.Hacer ver una cosa distinta de como es, generalmente mejor o mayor».. Dicc. L. Encl. 2000..
El engaño siempre ha existido en nuestro mundo, pero no se origina en Dios, sino en el Engañador Satanás. Este engañó a Eva, haciéndole creer que si comía de la fruta prohibida no iban a morir, sino que iban a ser igual a Dios, conociendo el mal y el bien. Ese fue el engaño perfecto, ante humanos inocentes de lo que pasaba y podía suceder. Eva cayó en la trampa satánica, desobedeciendo a Dios y a su marido.
Adán, también se dejó engañar, pues, debió haberle obedecido a Dios y rechazar la oferta de Satanás, ya que Eva, su mujer, le habló de todo lo acontecido. Eva no lo engañó a él, sino que por alguna razón, él obedeció a la voz de ella y comió.
Sin duda que ambos comieron porque satanás usó diferentes estrategias para que transgredieran el mandamiento de Dios, que decía «De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás» Gen. 2:16, 17.
El ser humano aprendió rápido ese flagelo del mal, pues, sabemos que Caín invitó a su hermano a salir por el campo, adonde le dio muerte. Caín engañó a su hermano y quiso también engañar a Dios, pues dice, «Y Jehová dijo a Caín: Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. Soy yo acaso guarda de mi hermano?. Y él le dijo : Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra» Gén. 4: 8- 10.
Engaño
La humanidad ha caído en esa situación de engañar y ahora nadie quiere confiar en los demás. Se sabe que casi todo lo malo que ocurre en las sociedades son productos del engaño. Desde las medidas, las balanzas hasta cualquier promesa son vistas con suspicacias. El marido engaña a la mujer y viceversa; está en una reunión. o fue a una diligencia, andaba con alguien de confianza del otro; una vida de engañadores.
Ahora hay que vivir analizando cualquier circunstancia de negocio, de sociedad, y de cualesquier otras situaciones donde el engaño puede presentarse. Engañarse a sí mismo, para no saber la verdad de las cosas es un grave error humano. Hay que buscar la verdad aunque ella duela. La Biblia dice: «Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros» I Jn. 1:8
Jesucristo tuvo que enfrentar muchas situaciones por no usar el engaño. El fue fiel a la palabra de él, como también lo fue en todo lo que se refiere a la religión judía, como al deber cultural y sobre todo a la misión que lo trajo al mundo, la cual consistió en salvar a la humanidad creyentes. Si Jesús hubiese engañado no hubiera muerto, pues pudo haber salido de toda situación complicada con palabras o acciones de engaño.
Necesitamos una sociedad creíble en todos los aspectos, pero para eso se requiere que todos apreciemos la verdad y nunca el engaño. Hay engañadores en toda actividad social, pero a la vez, hay que saber diferenciar entre los engañadores y los verdaderos; creo que hay hombres y mujeres serios, aunque sean muy poco. Hay que comenzar a enderezar las sendas dañinas en las cuales el ser humano anda.
pongamos la miradas en Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Volvamos a los valores morales y espirituales y sobre todo sepamos que somos creados por un Dios moral, con tributos extraordinarios.
Debemos imitar u obedecer a nuestro Creador y a nuestro Salvador para poder salir del mundo del engaño. No se puede negar que el engaño existe, pero eso se puede superar siendo honestos y sinceros en todo el andar.