Publicado en Nacionales, hace 4 horas
Santo Domingo.- El senador por la provincia La Altagracia, Rafael Barón Duluc, conocido como «Cholítin», afirmó que el Gobierno debe mantener el control migratorio en los hospitales públicos, al considerar que se trata de un tema de soberanía y seguridad nacional.
«El Gobierno debe mantener el control migratorio en los hospitales, es un tema de soberanía y seguridad nacional, que además es una de las funciones que el Estado debe garantizar», afirmó.
El legislador manifestó que los servicios básicos hospitalarios deben ser regulados para los migrantes, en particular los haitianos, y abogando por el endurecimiento de las sanciones a quienes violen la ley migratoria.
«Es una carga muy fuerte para el Estado… no es solo un problema de La Altagracia, es un problema del país», subrayó, según señala una nota de prensa.
Duluc señaló que la situación fronteriza con Haití es estructural y de largo plazo, debido a que el vecino país es un Estado fallido del que no se puede esperar una recuperación en 10, 20 o incluso 30 años. «Es lógico que sus ciudadanos busquen otro destino donde vivir, y la República Dominicana es el más cercano, con una frontera vulnerable», advirtió.
El legislador se refirió también a las declaraciones recientes de la Conferencia del Episcopado Dominicano, que sugirió la suspensión de los controles migratorios en hospitales. Al respecto, Duluc defendió el rol de la Iglesia en temas humanitarios, pero recalcó que «la soberanía es competencia exclusiva del Estado».
“Con relación a la Iglesia, tienen su rol y su función. Un país funciona como una máquina, cada pieza tiene una función. El rol de la Iglesia es ese, y hay que entenderlo. Ellos no tienen que ver con temas de soberanía, sino humanitarios. Su rol es ese; la función de la Iglesia está más allá de un tema nacional, pero no necesariamente el Estado tiene que asumirlo, aunque sí escucharlos”, aseguró.
De igual modo, reafirmó que el rol de las iglesias no es el mismo que el del país, explicando que el país debe garantizar la soberanía, la seguridad ciudadana, todo eso, mientras que la Iglesia tiene más que ver con temas de índole espiritual y humanitarios. Para ellos, todos los seres humanos somos iguales, por lo que, a su juicio, entiende que lo que dice la Iglesia no es contrario a la realidad y se debe escuchar.
«La Iglesia es universal. Recuerda que cuando la Iglesia habla aquí, no está hablando la Iglesia de la República Dominicana; al final, cuando la Iglesia se pronuncia en esos sentidos, está hablando la Iglesia universal. Hay que ponerse en su lugar, es su función. Es como que la oposición vaya a celebrar lo que hay en el Gobierno; su función es esa, aunque no nos guste», dijo Duluc.
Añadió que los hospitales en zonas turísticas como Verón han reducido los servicios a nacionales haitianos, y que los dominicanos ahora son mayoría entre los atendidos.
En cuanto al debate sobre regular temporalmente la mano de obra haitiana, Duluc explicó que los países tienen cuotas de trabajadores migrantes provenientes de otras naciones, destacando que casi el 20% de los dominicanos vive fuera del país y, en su mayoría, busca permisos de trabajo o residencias laborales para poder establecerse en el extranjero.
Subrayó que, al final, el país no podrá cortar de manera definitiva la contratación de mano de obra extranjera si no se establece una cuota en sectores donde actualmente al dominicano no le interesa trabajar, como la construcción y la agricultura. Asimismo, destacó que también influye el tema de la connotación y la estima social que se tiene sobre ciertos oficios.
«Hay trabajos que la gente ya no considera para ellos, porque socialmente los ven con una estima baja; aunque paguen lo mismo o incluso más, a veces no los quieren porque son oficios duros», recalcó. “El que los hace en Puerto Rico o en Estados Unidos es porque ya está en una situación de desesperación y trabaja por obligación. En lo que ese proceso se da y la gente se reinserta, la industria de la construcción y la agricultura no se puede parar”, enfatizó el legislador.
No obstante, subrayó que no se trata de «abrir la puerta», sino de organizar, legalizar y controlar. «Esto no es para otorgar residencia o ciudadanía, sino para que haya legalidad y cuotas que se respeten», puntualizó.
El senador hizo un llamado a rechazar discursos radicales y populistas. «La migración ilegal, como otros delitos, no se elimina. Se combate, se regula y se controla, pero no desaparece del todo, como tampoco lo hacen la droga o los homicidios”, sostuvo.
En ese sentido, valoró positivamente que el presidente Luis Abinader se reuniera con los expresidentes para discutir la situación, considerando que “la culpa es compartida”.
Finalmente, sostuvo que la crisis migratoria es un problema estructural de país, no de un solo gobierno. “No es un tema del PRM ni de Abinader. Es un tema de Estado y debe ser abordado con responsabilidad, no con extremismo”, concluyó.