Publicado en Mundiales, hace 3 horas
Ciudad del Vaticano.- El papa León XIV manifestó este sábado su dolor y cercanía al pueblo ucraniano, al recibir en el Vaticano a un grupo de fieles de la Iglesia greco-católica ucraniana en peregrinación a Roma. Durante el emotivo encuentro, el pontífice calificó el conflicto en Ucrania como “una guerra sin sentido”.
“Deseo expresar mi cercanía a la atormentada Ucrania, a los niños, jóvenes, ancianos y, de manera especial, a las familias que lloran a sus seres queridos”, dijo el Papa. Agregó que comparte el dolor de los prisioneros y las víctimas, y encomendó al Señor “las fatigas y tragedias diarias” del pueblo ucraniano, así como sus anhelos de paz.
Dirigiéndose al grupo encabezado por el arzobispo mayor de Kiev, Sviatoslav Shevchuk, León XIV reconoció que la fe del pueblo ucraniano está siendo puesta a prueba. “Muchos de ustedes, desde que comenzó la guerra, seguramente se han preguntado: Señor, ¿por qué todo esto? ¿Dónde estás?”, reflexionó.
El pontífice subrayó que “creer no significa tener todas las respuestas, sino confiar en que Dios está con nosotros y que su gracia prevalecerá, porque la vida vencerá a la muerte”. Finalizó su mensaje deseando que se abran nuevos horizontes de fe, esperanza y paz, especialmente para quienes más sufren.
El viernes, durante una misa por el Jubileo de los sacerdotes en la Basílica de San Pedro, el papa León XIV reiteró su mensaje de unidad y reconciliación. “En tiempos de grandes y terribles conflictos, no hay lugar para divisiones ni odios de ningún tipo”, afirmó.
Recordó que desde el inicio de su pontificado expresó el deseo de construir “una Iglesia unida, signo de comunión, fermento de un mundo reconciliado”. Invitó a los sacerdotes a vivir transformados por el amor de Cristo y a llevar la paz del Resucitado al mundo, actuando con humildad, caridad y firmeza en la fe.
Ante más de 3,600 religiosos reunidos, León XIV ordenó a 32 nuevos sacerdotes procedentes de 23 países, a quienes exhortó a ser generosos, cercanos al pueblo y alejados de modelos vacíos de éxito y prestigio. “Sean fieles y entregados, como tantos que sirvieron al Señor en silencio y con humildad”, concluyó.