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El sector privado dominicano le teme a Senasa

Publicado en Todo Incluido, hace 5 horas

Pedro Caba 

Primero fue el asesor del sector financiero Andy Dauhajre, luego Fernando Caamaño de la Fuerza del Pueblo y ahora Arismendy Díaz Santana quienes lanzaron al público la denuncia de que Senasa pasaba por dificultades financieras, con el distintivo de que todos ellos tienen nexos con uno de los bancos del sector financiero que con su ARS es el mayor competidor de la aseguradora estatal.

Al pasar asegurar en este gobierno 7.6 millones de dominicanos duplicando sus beneficiarios, más del 70% de la población, sin que se tomara suficiente provisión presupuestaria que le sirviera de soporte, Senasa enfrenta dificultades, pero está muy lejos de estar quebrada como lo confiesa Díaz Santana.

Desde la creación del Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS) se concibió la aseguradora del Estado como la más grande del sistema, pues tendría la base asegurada de afiliados de toda la nómina pública centralizada y descentralizada en el Seguro Contributivo, los trabajadores de la economía informal en el Seguro Contributivo-Subsidiado y los desempleados e inhábiles en el Seguro Subsidiado.

Como la Ley SDSS establece que Senasa no puede acumular beneficios y sus ganancias operativas revertirlas en mayor cobertura y calidad de los servicios de salud, la misma operó como modelo de todo el sistema.

De tal forma desde los primeros años fue Senasa la primera en duplicar la cobertura y alcance de los servicios, por lo que las aseguradoras privadas tuvieron que igualarlas para no ser afectadas por la deserción de sus afiliados hacia Senasa.

Según el SENASA “la expansión financiera también se ha reflejado en todos los niveles de los prestadores de servicios de salud. En 2024, clínicas privadas y centros diagnósticos ambulatorios privados recibieron RD$35,879 millones, frente a RD$15,964 millones en 2019, lo que representa un incremento de 224%. En cuanto a los médicos privados, SENASA pagó en 2024 RD$5,220 millones, comparado con RD$965.4 millones en 2019, un crecimiento de 541%. A su vez, los hospitales públicos pasaron de recibir RD$4,438.3 millones en 2019 a RD$6,577 millones en 2024, lo que equivale a un incremento de solo el 47%.

Entre el 2019 y el 2024 los pagos a los hospitales públicos solo se incrementaron en un 47%, en tanto que a las clínicas y centros privados los mismos crecieron en un 224%, es decir, 4.8 veces más que los públicos. Pero como si esto no fuese lo suficientemente revelador de un fracaso público de décadas inducido, los pagos a los médicos privados crecieron en un 541%, algo estremecedor en cualquier país con un Estado responsable e instituciones independientes”.

Un aumento del 541% en solo cinco años

Y estos resultados los obtiene Senasa no obstante el Estado hacerse de la vista gorda y dejar que las ARS privadas incursionen en las nóminas estatales llevándose buen número de afiliados, no siempre con prácticas sanas y dejando estela de compra de conciencias. Desde el comienzo el sector financiero se ocupó de que los reguladores del sistema respondieran más a sus intereses que a los del Estado.

El SENASA todavía no está en quiebra, pero está enfermo y sin correctivos eficaces podría cerrar este año en rojo, con serias consecuencias para las familias más pobres, para el Gobierno y el país. La ausencia de reformas estructurales podría contagiar a más ARS. Eso dice Díaz Santana, siguiendo la misma línea de preocupación de Andy Dauhajre pero yendo más al fondo.

Como asesor de la principal ARS privada y primer Superintendente de la SISALRIL,  Díaz Santana pisa firme cuando dice:

“Al SENASA hay que preservarlo sano y salvo, porque constituye una contrapartida necesaria contra el mercantilismo y la privatización desbordada de la salud. Pero no mediante una inyección de subsidios oficiales, sino identificando sus fallas, debilidades y fortalezas e introduciendo los correctivos necesarios, antes de que sea demasiado tarde».

La situación del SENASA es una consecuencia de varios factores: 1) una cápita insignificante; 2) una carga pesada por la atención médica por accidentes de tránsito; 3) una alta siniestralidad al concentrar a los pensionados y jubilados; 4) la entrega de cobertura adicional a militares sin recibir recursos extras; y 5) la expansión de oficinas en el exterior, entre otras.

La crisis del SENASA es un síntoma de la delicada situación general de un Seguro Familiar de Salud (SFS) a medio talle: sin las reformas estructurales previstas en la Ley, con una prestación pública discontinua y deficiente, y con las demandas desorbitadas de proveedores y gremios que ejercen presiones monopolísticas”.

Cualquier buen lector se da cuenta que mostrando preocupación por Senasa, lo que verdaderamente preocupa a Díaz Santana son los intereses de las aseguradoras privadas que ven disminuir sus exagerados beneficios mientras se incrementa el fondo de siniestralidad de IDOPPRIL hasta la friolera de RD$70 mil millones.

Las utilidades acumuladas han descendido notablemente a partir del 2023, cuando ascendieron a 2,953.7 millones, bajando a 947.1 el año pasado y a sólo 848.7 millones a enero del 2025, última cifra oficial disponible. Eso dice también Díaz Santana, pero ¿quien le ha dicho a él que Senasa está autorizada acumular beneficios? Antes al contrario la Ley le ordena de sus ganancias ampliar siempre el alcance de sus servicios.

O sea, adrede, se quiere distorsionar la función del SENASA y a eso contribuyen los medios de comunicación de fuerte presencia del sector financiero.

Tal y como plantea Arismendy sólo Senasa puede cargar con los altos costos de la siniestralidad de los pensionados y jubilados, ampliar la cobertura a los militares y pagar los costos médicos especializados por accidente de tránsito. Y todo ello con una cápita para el seguro subsidiado más de 5 veces inferior a la cápita del seguro contributivo..

Oposición responde intereses cuando trata demeritar Servicios Salud

Desde hace ya mucho tiempo está montada una campaña para exagerar las fallas sin duda alguna existentes en todo el sistema hospitalario del Estado destinado a dar servicios a toda la población, porque las aseguradoras privadas no ven el día sea el Estado el que cargue con los centros de atención primaria como ordena la Ley, ya que así economizan gastos en sus afiliados.

No es cierto se ha dejado lado la construcción de centros hospitalarios de diversos niveles, incluidos los regionales, de su equipamiento y contratación de personal médico, como se denuncia con frecuencia en todos los medios por ordenes de los interesados. Es cierto no es con la amplitud y profundidad debidas para recoger el déficit. Pero se está haciendo.

Durante fue gerente de Sisalril Fernando Caamaño defendió fielmente a las aseguradoras privadas negando Senasa fuera la única aseguradora de la nomina estatal y descentralizada; Andy quiere ahora un cápita diferenciada por rango de edad y riesgo de siniestro lo mismo que un ajuste por inflación de lo que le dispersa la Tesorería de la Seguridad Social a las ARS privadas y Díaz Santana plantea que Senasa sea rentable y sacriique su misión de mayor cobertura de salud y alcance a beneficiarios.

Llegó momento facilitar aporte Senasa Seguro Contributivo Subsidiado

A todos ellos y al sector financiero que quiere seguir comiendo con su dama en la seguridad social, el gobierno debe dejarle la pelota en las manos.

Debe anunciar que propicia el seguro contributivo-subsidiado para toda la población de la economía informal aportando el 30% del costo de la cápita actual del seguro contributivo para que el beneficiario aporte el resto.

Como la economía informal está en el seguro subsidiado y en la nómina de Senasa ahora mismo, todos ellos se quedan allí capitalizando aún más la aseguradora del Estado.

Y como las ARS privadas han impuesto que los empleados del Estado y autónomos tengan la discrecionalidad poder cambiar de ARS, mantener abierta esta discrecionalidad y veremos si el “gas pela” y pueden igualar los alcances en todos los servicios del Senasa.

Y como ahora van a ahorrar, la AFP del Banco de Reservas debe ser la beneficiaria.

Andy sugiere reducir a un 0.6 el 1% de la cápita que va a parar al IDOPRILL, como si el gobierno no estuviera consciente este fondo es el seguro de vida de la seguridad social y de todo el sistema estatal de salud.

En lo que se implementa el seguro contributivo-subsidiado, ordenar que una parte de los RD$70 mil millones de IDOPRILL pasen asistir Senasa para cumplir con su obligación de proteger al 76% de la población. Si es justicia la deseada, esa es la ideal.

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