Publicado en Nacionales, hace 4 días
Boca Chica. – Sin ruido, poca presencia de alcohol y una pobre asistencia de bañistas. Así se han mantenido las playas más cercanas a la capital en lo que va del asueto de Semana Santa.
La calma, que reina en las playas de Boca Chica, Guayacanes y Juan Dolio mantiene preocupados a los comerciantes de esas zonas que, según comentaron, en años anteriores habían atendido al triple de personas.
Juan Darío Castillo, quien se dedica a alquilar mesas y vender comida en la playa de Juan Dolio, mostró su sorpresa por la poca afluencia de bañistas en este Viernes Santo y la comparó con “un día normal de semana”, cuando generalmente van pocas personas a las playas.
Desde que vio un equipo de prensa, Juan Darío se lanzó en búsqueda de que su preocupación sea externada en los medios de comunicación ya que, como dijo, esperaba recaudar mucho dinero en esta Semana Santa para saldar algunas deudas propias de su negocio.
El temor por la poca presencia de visitantes no solo preocupa a Juan Darío, sino a un grupo de comerciantes que se prepararon desde el Jueves Santo para recibir hoy a un gran público que no llegó.
De acuerdo con vendedores locales, parecía un día normal entre semana cuando el número de visitantes es reducido.
Alexis Vilorio, otro comerciante de la zona, junto a Juan Darío, atribuyeron la poca presencia de gente en la playa a tres factores: la vigilancia policial, las medidas de control impuestas por la Fuerza de Tarea Conjunta y una supuesta desinformación que corre por las redes sociales donde se asegura que las playas están cerradas en la Semana Santa de este año.
La situación de Juan Dolio se replica en otras playas cercanas a la ciudad como Boca Chica y Guayacanes, donde se evidencia una pobre presencia de visitantes a pesar de la insistencia de los trabajadores de las zonas para atraer clientes.
En Boca Chica, los trabajadores culparon a la Policía y a la Defensa Civil por la baja asistencia ya que, como afirmaron, las autoridades les prohíben a la gente entrar con sus vehículos a las inmediaciones de la playa.
“Los carros nunca pueden entrar a la playa, pero antes por lo menos los dejaban estar más cerca y la gente se sentía más en confianza con su carro cerca, ya no es así porque lo tienen que dejar lejísimos y la gente no se queda aquí (en la playa)”, sostuvo un trabajador de la zona solo identificado como Ramoncito.
En las tres playas es evidente la alta presencia de miembros de seguridad, salvavidas y mucho personal de la Defensa Civil, quienes expresaron que la jornada de este Viernes Santo ha estado tranquila y sin mayores contratiempos.