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En política: “Quien da pan a perro ajeno, pierde el pan y también el perro”

Publicado en Todo Incluido, hace 13 horas

En el sistema político latinoamericano, la frase: “Quien da pan a perro ajeno, pierde el pan y también el perro”, más que un refrán popular, es una realidad que se repite una y otra vez, pero, ¿de dónde viene este refrán tan sabio?.

Bueno, según la leyenda, fue creado por un campesino español que se dio cuenta de que su vecino estaba regalando pan a los perros del pueblo de al lado, y como es lógico, los perros se fueron y el pan se perdió. Parecería un dicho agudo, sentencioso y de uso común, sin embargo, resulta ¡genial!, visto que nace de la sabiduría popular y la observación misma de la naturaleza canina.

De verdad que, el origen de este refrán se pierde en la historia, pero se cree que se remonta a la época medieval, cuando la sabiduría popular se transmitía de generación en generación a través de dichos y refranes basados en la realidad, sin predestinar su adaptación hacia el futuro por venir de la humanidad. Esta sentencia nacida de las entrañas del ciudadano común es un mensaje para aquellos que son como las aves carroñeras que esperan que su amo se vaya para apoderarse de su presa.

“Quien da pan a perro ajeno, pierde el pan y también el perro” se refleja tanto en el gusto de la gente popular que resume de manera efectiva la idea de que no debemos invertir tiempo, recursos y esfuerzos en personas o causas que no lo merecen, además encaja justo a la medida con un sistema de partido que se adentra en sus intereses particulares y rechaza constantemente el bienestar de la mayoría.

La democracia es un sistema que se basa en la confianza y la participación ciudadana, el votante elige sus “líderes” con la esperanza de que representen los intereses de la nación y trabajen para mejorar su calidad de vida, pero en la mayoría de los casos, esos ‘líderes’ no cumplen con sus promesas y se olvidan de las personas que le dieron la oportunidad y la confianza para administrar los bienes públicos. Contrario a lo antes expuesto, en su lugar, sólo se enfocan en los privilegios a costa del poder, sin importar el costo para el país y sus habitantes.

Relación político-ciudadana

La relación entre los ciudadanos y gobernantes en el sistema político latinoamericano es compleja y problemática, por un lado, los ciudadanos tienen el deber de elegir a sus ‘líderes’ de manera informada y responsable, por el otro, los gobernantes tienen la responsabilidad de trabajar para el bienestar del país y sus habitantes, en consecuencia, esos mismos gobernantes no cumplen con sus responsabilidades y se enfocan en actividades que no están a tono con el desarrollo sostenible y la estabilidad democrática de sus representados.

Es por ello que, la corrupción y mala gestión son problemas endémicos en la mayor parte de los países latinoamericanos y República Dominicana no escapa de estas enfermedades endémicas, ya que sus gobernantes utilizan el poder y los recursos del estado para enriquecerse y mantener sus influencias sin importar el impacto en la economía y la sociedad, mientras los ciudadanos sienten la impotencia que le impone el sistema político y sus líderes por la falta de transparencia, problema este que afecta la confianza en las instituciones y la participación ciudadana.

Ejemplos repetitivos y sin castigo

«La corrupción castiga a los pueblos, por tanto, la justicia debe castigar con sanciones severas a los corruptos». Existen muchos ejemplos de casos en los que el gobierno le falla al ciudadano; y entre esos, es preciso destacar los escándalos de corrupción, desviación de recursos y complicidad con el narcotráfico organizado, donde ministros y empresarios son vinculados al lavado de dinero, además de la abismal crisis económica y su vínculo con el trasiego de haitianos, el cual sienta un precedente en la historia del país.

El presidente Luis Abinader en vez de enfocar su gestión de gobierno en  perseguir a sus opositores y promover la estabilidad del estado, se ha unido a los expresidente Leonel Fernández, Hipólito Mejía y Danilo Medina, a fin de mantener un mismo discurso, con el único propósito de perseguir a periodistas y comunicadores que denuncian su fallida administración, dirigida siempre a seguir hundiendo el país. Nos encontramos en medio de una encerrona donde “la justicia y la transparencia están siendo sacrificadas en el altar del poder y la corrupción”.

Conciencia ciudadana

La conciencia ciudadana es fundamental para cambiar el sistema político y exigir responsabilidad y transparencia. Usted que se desplaza cada cuatro años a emitir el voto para elegir un nuevo presidente, senadores, diputados, alcaldes y regidores, debe estar informado sobre la marcha del gobierno y debe exigir su participación en las decisiones políticas del país, a fin de que se construya un sistema más justo y equitativo.

La educación y la conciencia ciudadana son clave para promover la participación y las exigencias de responsabilidad en la gestión pública, por esta razón, el ciudadano debe estar consciente de sus derechos y responsabilidades, exigiendo a sus “líderes” que cumplan las promesas de campaña y trabajen para el bienestar del país.

Más que un principio salido de la vida citadina campesina: “Quien da pan a perro ajeno, pierde el pan y también el perro” es una metáfora que se adecua para describir la relación entre los ciudadanos y los gobernantes de este sistema político injusto, excluyente e influenciado por sectores de poder que deja bien claro que “la lealtad es un compromiso con los principios, no con partidos ni figuras políticas”.

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