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Erick Mejía avanza en su transición de lanzador y descarta hacer de Ohtani

Publicado en Deportes, hace 7 horas

Santo Domingo. –  Con 29 años de edad, en una carrera profesional que arrancó en 2012 a los 17 como torpedero con los Reales pero que solo tuvo dos visitas fugaces a la MLB (17 partidos entre 2019 y 2020), Erick Mejía veía cerrarse el orificio de regreso a las Grandes Ligas y, todo apuntaba a que este 2025 su opción era México.

El plan cambió cuando Matthew LeCroy, su dirigente en los Rochester Red Wings (AAA de los Nacionales) se fijó en la velocidad de un lanzamiento suyo del campo corto a primera en septiembre de 2024 y le preguntó si quería probar como lanzador.

El radar registró pitcheos hasta las 98 millas por hora, pero él temía hacerlo en partidos reales por temor a golpear a un bateador. Necesitaba el control.

Ahí comenzó el experimento, se cambió el chip y sus últimos turnos en el home los agotó en la Lidom con las Águilas, en enero. El oriundo de Villa Mella no ha vuelto a tomar un bate, ni se contempla hacerlo, y su transición a lanzador va a buen ritmo.

“Estoy trabajando más con el slider. La recta no fue difícil y ya domino el cambio. Los rompientes son más complicados, pero vamos avanzando, tengo días buenos y otros no tanto”, dice Mejía.

Mejía comenzó el año en la Liga de Carolina (Clase A) con los Frederickksburg Nationals donde trabajó 12 episodios con 17 ponches y efectividad de 4.50.

Fue promovido a la Liga del Este (AA) con los Harrisburgh Senators donde acumula mejor desempeño en un nivel más exigente; su promedio de carreras limpias queda en 3.29 luego de 13.2 inings con 14 ponches. Otorga 5.6 boletos por cada nueve capítulos y su WHIP colectivo es de 1.40 ante 113 bateadores.

¿Qué emociona más ponchar o dar un hit?

“No le sé decir, pero yo cuando poncho a alguien me siento bien, porque yo sé que es algo que es parte de mi proceso, algo como que me hace sentir bien, porque sé cómo que ¡wow, lo logré ponchar a este bateador! ¡Qué bien se siente! Pero cuando tú conectas a un hit o un jonrón a la hora buena, no, yo creo que eso no tiene comparación”.

El integrante del equipo olímpico que ganó la medalla de bronce en Tokio 2020 insiste en lo desgastante que es para un bateador sincronizar vista y velocidad de manos y lidiar con la presión.

 “Prepararse como bateador no es nada fácil porque hay que tener una mente fuerte para eso; el batear es algo que mentalmente te frustra, te pone a pensar mucho, te abate, pero en el pitcher si tú sabes que tuviste una mala salida ya tú sabes que más adelante tú lo vas a coger, pero ya bateando, si te metiste un slump (bache ofensivo), tú no sabes cuándo vas a salir de ese slump”, razona Mejía.

¿Cómo cambió la rutina de trabajo?

“Ya no tengo que preocuparme por batear, por aparrar rollings, no hay que ir al cage (caja de bateo) a ajustar el swing. Como lanzador sales, te estrechas (estiras), aparas, vas al gimnasio. Hay que correr mucho más para mantener las piernas en forma y analizar mucho a los bateadores”, explica Mejía, que en Lidom pasó por el Águilas (tres veces), Licey (dos), Gigantes y Estrellas.

De momento descarta volver a ser jugador de posición y le cuesta asimilar cómo Shohei Ohtani puede desempeñarse en ambas funciones, debido al tiempo que requiere una y otra.

“Creo que si esto no funciona ya lo que procede es a retirarnos, porque ya en realidad como bateador no voy más. El batear es algo muy mental. Yo creo que la temporada que tuve en Dominicana (.289, 5 HR y 22 CE en 142 turnos) fue porque yo no tenía la preocupación de que tenía que meter mano para conseguir un contrato”, dice Mejía.

Un reporte de Sports Illustrated de finales de mayo daba cuenta que los Nacionales tenían muy pendiente la actuación de Mejía y, con un bullpen con orificios, una llamada al equipo grande estaba en el radar.

TJ Peña lo hizo, pero en la MLB

Si bien que un jugador de posición lance en partidos abiertos es habitual (hasta leyendas del madero como Albert Pujols lo hicieron) el referente dominicano de un bateador que haya convertido en lanzar su actividad principal es TJ Peña.

Tras aparecer en 327 partidos como infielder entre 2006 y 2009 para los Reales de Kansas City, el hijo mayor de Tony Peña hizo la transición a pitcher, no regresó al Big Show con su segundo rol. Su única aparición se produjo en 2008 mientras todavía era bateador. Mejía, que asegura nunca se planteó lanzar hasta que se lo propusieron, puede lograr esa hazaña.

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