Excluir del debate presidencial es antidemocrático

El poder del pueblo para elegir sus autoridades, es la esencia de la democracia. Es un atributo constitucional. Excluir a cualquier candidato de un debate a una posición electiva, es antidemocrático.

Los electores necesitan conocer los ideales de cada participante, sin ninguna excepción. Es una condición determinante, para elegir conscientemente.

Aunque merece reconocimiento la dedicación y el esfuerzo de la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (ANJE), para realizarlos. Invitar solamente a tres de los nueve candidatos presidenciales. Significa un revés para la democracia.

Entre ellos tenemos dos mujeres, representantes del género femenino. Equivalente a más del 50% de los votantes. Las cuales fueron escogidas por sus partidos, para aprovechar el caudal de votos del mayor segmento social. Dejarlas fuera cercenaría la oportunidad de manifestar y discutir sus propuestas de gobierno.

Todos los candidatos presidenciales excluidos, deberían unirse para reclamar a una sola voz, la inclusión en el debate. Permitirlo como está programado, seria perder una herramienta de suma importancia para atraer a los indecisos y al voto silente. Un hecho, que haría la competencia desigual.

La exclusión rompe la equidad, que es un principio básico de la democracia. Elimina la confrontación de ideas, que puede inclinar la balanza a favor o en contra.

En la campaña del 2016, celebramos el primer debate presidencial. Pero, el presidente Danilo Medina, que encabezaba las encuestas se negó a participar, por temor a bajar la puntuación.

Sin embargo, los siete candidatos restantes se enfrentaron cara a cara para discutir las diferentes propuestas: Luis Abinader, por el PRM; Guillermo Moreno, por AP; Minou Tavárez Mirabal, por AD; Soraya Aquino, por el PUN; Pelegrín Castillo, FNP; Elías Wessin Chávez, por el PQD; y Hatuey De Camps, por el PRSD.

Los candidatos invierten tiempo y recursos económicos en publicidad, para dar a conocer sus propuestas y obtener la simpatía de La población. Por ende, rechazar la participación en el principal escenario para promoverse coarta el derecho a la publicidad.

Nuestro país necesita urgentemente una competencia política, basada en ideas creativas y visiones claras para encausarlo por sendero de progreso y bienestar colectivo. Los debates frenan la participación de candidatos sin capacidad intelectual para ejercer funciones decisivas para el futuro del pais.

Agregan un factor de comparación inmediata entre los programas de gobierno y los propios candidatos. Garantizan que un mayor número de votantes reciba la mayor cantidad posible de información relevante para ejercer el sufragio. Por tanto, reduce la abstención, una tendencia que tiene la democracia en jaque.