Publicado en Nacionales, hace 18 horas
Madrid, España. La ministra del Interior y Policía, Faride Raful, ha lamentado la falta de apoyo internacional que han recibido para hacer frente a la grave crisis de seguridad, humanitaria y política que padece la vecina Haití y ha remarcado que se trata de un problema que afecta a todos los países de la región.
“Nos ha faltado más apoyo y República Dominicana definitivamente no puede estar sola”, ha dicho la ministra del Interior en una entrevista para Europa Press, con motivo de su visita oficial a España, durante la cual se ha reunido con varias autoridades, entre ellas su homólogo español, Fernando Grande-Marlaska.
Raful ha reclamado nuevamente a la comunidad internacional mayor implicación en un asunto que no es sólo un “problema directo para República Dominicana”, sino también un “tema regional”, ya que la migración procedente de Haití afecta también a otros países de la región.
“Como es natural, el ser humano va a migrar donde cree que puede salvar su vida, puede encontrar mejores oportunidades. Sin embargo, nosotros somos un país en vía de desarrollo, donde estamos fortaleciéndonos institucionalmente y no tenemos capacidad de afrontar la carga migratoria irregular”, ha dicho la ministra.
En ese sentido, ha defendido las políticas migratorias del Gobierno y ha incidido en las reformas que se están llevando a cabo para que las mismas estén en sintonía estrecha con los Derechos Humanos y sin “avasallar” a quienes han sido identificados como migrantes irregulares, en medio de las críticas de las ONG.
El Gobierno dominicano ha sido cuestionado por las batidas que las fuerzas de seguridad han lanzado en barrios populares en los que residen predominantemente migrantes haitianos, así como por los abusos que se habrían cometido, trasladados en unas especies de jaulas rodantes, que la ministra ha preferido no denominar así.
“La realidad es que no se llevan en jaulas. Acabamos de invertir una gran cantidad de recursos para tener nuevos autobuses con condiciones para poder hacer los transportes”, ha dicho la ministra, quien también ha rechazado que se niegue a las mujeres haitianas asistencia sanitaria durante el embarazo.
“A nadie, no importa su nacionalidad, en República Dominicana se le niega el acceso a la salud. Eso es importante que se sepa porque hay muchas noticias que desinforman”, ha incidido Raful, quien ha recordado que existen unos protocolos bajo los cuales estas mujeres puede permanecer en el país un tiempo prudencial antes de ser enviadas de vuelta a Haití una vez estén “totalmente estables”.
“Estamos cumpliendo la ley, estamos formando nuevos agentes migratorios para que el abordaje que se haga del migrante irregular sea respetuoso con los Derechos Humanos”, ha defendido la ministra, quien también ha alertado de la “permanente vulnerabilidad” de la “bastante porosa” frontera con Haití.
Raful también ha lamentado que la falta de institucionalidad en Haití, sin un “interlocutor válido político”, dificulta las políticas del Gobierno, si bien ha destacado la labor de las autoridades haitianas presentes en República Dominicana para “salvaguardar el desplazamiento de sus ciudadanos hacia su territorio”.
La ministra ha explicado que es “difícil” entablar diálogos permanentes con las instituciones del país vecino, las cuales además se han visto afectadas por la corrupción y la presencia cada vez mayor de las bandas criminales que controlan ya gran parte del país, en especial la capital, Puerto Príncipe.
ATAQUES EN REDES Y CRÍMENES DE ODIO
La crisis migratoria que afecta al país ha traído consigo también un aumento de los discursos xenófobos, si bien el recelo de los dominicanos con respecto a sus vecinos haitianos es un asunto que forma parte de la historia reciente de la isla.
Es en este contexto en el que se han erigido algunos grupos para aumentar sus ataques y denunciar una supuesta ‘haitinización’ de la sociedad, reprochando al Gobierno una inacción contra la migración irregular, en contraste con las denuncias de las organizaciones de Derechos Humanos en el otro sentido.
La ministra ha resaltado en esta cuestión que, si bien existe la libertad de expresión, el Gobierno dominicano “en ningún momento va a permitir que eso siga tomando fuerzas” y ha advertido contra los grupos que buscan polarizar “hasta extremos” a la sociedad con el fin de algún tipo de reacción.
Unos discursos de odio, aunque de otra índole, que ella misma ha sufrido a través de redes sociales y que responden, según cree, a la respuesta de la “industria del desorden” a su trabajo, retroalimentada por esos adversarios políticos que se suman “para tratar de restar credibilidad”.
“Cuando llegamos al Ministerio (…) nos enfrentamos con grandes intereses. Hay industrias que viven del desorden y se lucran”, ha dicho la ministra del Interior, citando por ejemplo a las redes del microtráfico de drogas, de armas, e incluso a una parte de “la industria de la nocturnidad que de manera irregular se llenaba los bolsillos creando espacios sin ningún tipo de fiscalización”.
FALTA DE “CONCIENCIA CIUDADANA”
Aún con todos los problemas que entraña convivir con un vecino de las características actuales de Haití, la ministra ha aseverado que el principal motivo de la inseguridad en República Dominicana emana de la “conflictividad social” que procede de las propias características y dinámicas propias de un país caribeño.
Raful ha afirmado que se trata de todo un “desafío” lograr una “convivencia pacífica” en República Dominicana, en donde las pequeñas cuitas ciudadanas pueden derivar en graves fricciones. Para ello, ha señalado que además de reformar las instituciones o la Policía, es preciso un “cambio de cultura” en la sociedad.
En ese sentido, la ministra ha reconocido que “a veces” por las propias dinámicas de países como República Dominicana –“en vías de desarrollo, caribeños”, o “falta de institucionalidad”– hace difícil el cumplimiento de las normas.
“Nos falta cumplir un orden, nos falta apostar al orden institucional y respetar los derechos de los demás”, ha admitido Raful, quien han insistido en que trabajan para “garantizar que la ciudadanía no pierda la vida en un conflicto”.
A pesar de esta “falta de conciencia ciudadana”, ha destacado que República Dominicana “se ha convertido en el país más seguro del Caribe”, situándose entre los diez de América Latina con una tasa de homicidio por debajo de un dígito. “Ahora estamos en 7,9”, ha puesto en valor.
La ministra ha participado en varios encuentros estos días en Madrid, entre ellos con su homólogo Grande-Marlaska, como parte de los actos previos a la octava reunión sobre seguridad pública de las Américas –auspiciada por la Organización de los Estados Americanos (OEA)– que tendrá lugar entre el 17 y el 18 de julio en la ciudad dominicana Santiago de los Caballeros.