
Publicado en Todo Incluido, hace 2 horas
Justo es reconocer cuando algo se hace bien, aunque en algunos espacios de la acción, algo se vaya de la mano por falta de previsión o causas ajenas a quien asume la responsabilidad de cumplir un cometido que involucra vidas y bienes en una tempestad.
Lo que ha ocurrido en el país con la tormenta Melissa, tanto desde el punto de vista de la capacidad y compromiso de los organismos responsables de ofrecer diagnósticos, aconsejar y tomar las medidas preventivas protocolares, como en la acción oficial con el apoyo requerido para socorrer, proteger, alimentar y garantizar la sobrevivencia de los más vulnerables.
Siempre golpeamos y criticamos las acciones incorrecta, la falta de previsión en las distintas instancias del quehacer público, por lo que creemos que, cuando las cosas se hacen bien, los daños son menos y se protege e indemniza a los afectados, debemos decirlo también.
En este caso, cuando la población se mantuvo en vilo por días, hay que felicitar a Gloria Ceballos y equipo por su labor frente al Instituto Meteorológico; a Juan Manuel Méndez y la inagotable jornada del Centro de Operaciones de Emergencias (COE), pero sobre todo, al presidente Luis Abinader y su gabinete, cuya entrega fue total y decisiva en la preservación de vidas y previsión de posibles desastres.
Las críticas fueran terribles y las acusaciones por negligencia llenaran las páginas de los medios informativos, si la tragedia nos marcara. Entonces por qué no reconocer que el Sur, parte del Este y el Gran Santo Domingo, tuvieron menos daños, por la preocupación oficial y su actuación a tiempo.
Quienes hemos vividos momentos difíciles con el paso de ciclones, sean tormentas o huracanes en sus distintas categorías, sabemos lo duro que es cuando pasa la tempestad y queda poco o nada que remediar.
Gracias esta vez y cuantas sean necesarias, si el compromiso de salvar vidas, preservar bienes y garantizar el retorno a la normalidad con el menos daño posible, es fruto de una correcta prevención y de medidas a tiempo. El país sigue.