Jefe Human Rights fue sacado de Venezuela por injerencia

Santo Domingo.- La actitud de José Miguel Vivanco en la presentación del estudio de Human Rights Watch sobre la situación de los ascendientes haitianos evidencia que el hombre está entrenado a mantener la serenidad en situaciones bastante incómodas. No es la primera vez que él se encuentra en el ojo de un huracán. En septiembre del 2008 un informe sobre las violaciones de las libertades públicas en Venezuela durante 10 años de mandato del presidente Hugo Chávez, fue razón para que el Gobierno venezolano expulsara del país a Vivanco, quien es director para América de esta ONG, dedicada a la defensa de los derechos humanos y con presencia en más de 40 países.

Para ese entonces, el comunicado de la cancillería venezolana argumentaba lo siguiente: “Este ciudadano, portador de pasaporte chileno, ha violentado la Constitución y las leyes de la República Bolivariana de Venezuela, agrediendo a las instituciones de la democracia venezolana, inmiscuyéndose ilegalmente en los asuntos internos de nuestro país”. El canciller de ese país era el actual presidente Nicolás Maduro, quien en el momento advirtió que “todo aquel que pretenda inmiscuirse en los asuntos internos venezolanos recibirá el mismo tratamiento que Vivanco”.

Vivanco trabajó como abogado en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA) y fundó el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional. El también catedrático estudió Derecho en la Universidad de Chile y tiene una maestría en Derecho en Harvard.

Pero Venezuela no ha sido el único Estado latinoamericano que desde el Gobierno refuta las informaciones que salen de la organización que representa o, en este caso, de lo que escribe. En enero de este año, un artículo de Vivanco en El País titulado “La censura de Ecuador llegó a Internet”, le valió a Fernando Alvarado Espinel, secretario de Comunicación del Gobierno de Rafael Correa, enviar una réplica al diario español para aclarar “las mentiras expuestas” en el referido artículo publicado en diciembre pasado, en el que Vivanco y Eduardo Bertoni describen cómo la mordaza del Gobierno ha llegado a las redes sociales.

Parece ser una tendencia que las informaciones que lleva Vivanco a los países de América Latina no caen bien. En el 2003, y a raíz de una carta que envió a Chávez, el entonces vicepresidente de ese país José Vicente Rangel, atacó la figura de Vivanco, vinculándola a los servicios secretos de Chile, durante la dictadura de Augusto Pinochet. Como reacción a las acusaciones de Vicente Rangel, Vivanco dijo que los ataques a su persona eran respuestas comunes cuando HRW criticaba gobiernos como los liderados por personalidades como el mismo Pinochet, Fidel Castro y Alberto Fujimori.

En el país cuenta con el rechazo del Gobierno

En la presentación del informe “Somos dominicanos, somos dominicanas. Privación arbitraria de la nacionalidad en la República Dominicana”, Vivanco se quedó corto cuando se le pidió pruebas de las deportaciones que documenta. Algunos periodistas llegaron al punto de que en lugar de preguntar, le reclamaron con tono enérgico por qué tanto ataques al país. El informe fue rechazado de forma categórica por el Gobierno dominicano.