Jimaní estuvo en calma; concluyen centro de acogida

Jimaní.- Un día después de vencer el Plan de Regularización, el ambiente en la frontera Jimaní-Malpasse permanecía normal. No ocurrió nada que no se viva a diario en el comercio entre República Dominicana y Haití. Camiones cargados de mercancías entraban y salían por una puerta remendada que no supera los dos metros de altura. En la tarde de ayer, en el paso fronterizo solo cinco guardias del Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza (Cefront) vigilaban el tránsito. Uno que otro policía vestido de civil ofrecía su servicio de inteligencia, como de costumbre.

El ambiente laboral en la oficina de Migración, en Jimaní, aparentemente lucía tranquilo. Y según informó una fuente a elCaribe, el encargado de asuntos migratorios en esta localidad fronteriza estuvo reunido con autoridades haitianas para tratar el tema del protocolo de las eminentes repatriaciones.

El encuentro se realizó en la sede del Cesfront, la cual está a un kilómetro y medio distancia de la frontera. Justo allí se habilitó uno de los siete puestos de tránsito o acogida, que dispuso el Gobierno dominicano.

El centro ya está terminado, pintado y con su verja. Pero la prensa no pudo presenciar la reunión, tampoco hablar con el encargado de Migración en Jimaní, Liriano González. Y mientras las autoridades dominicanas se preparan para iniciar las repatriaciones, en Haití aún no tienen un lugar habilitado para recibir a los inmigrantes, según informó una fuente militar a elCaribe.

Preocupado

Con sólo 21 años, David Volcy domina cuatro idiomas. Ayer el joven haitiano contemplaba el duro trabajo de sus compatriotas. No hay un espacio que se escape del candente sol en ese lugar. “El pueblo dominicano es muy bueno, pero pienso que debió dar un mayor tiempo (refiriéndose al Plan de Regularización). En Haití no hay organización”, dijo. Indicó que en su país solo están los materiales para levantar los centros de refugio, pero sólo eso, y la situación le preocupa.

Los haitianos que dinamizan el comercio en la zona cruzan hacia Jimaní innumerables veces sin ningún percance, y ayer no fue la excepción.
El fuerte sol y la salinidad del lago Azuey contribuyen a hacer el trabajo más tedioso. Durante todo el día de ayer la relación guardia-inmigrante se desarrollaba con toda normalidad.

Pero a las tres de la tarde una yipeta Tucson, que salía del suelo haitiano, marcó la diferencia. Hubo un forcejeo entre miembros del Cesfront y los ocupantes, quienes interrumpían el chequeo normal de migración. Pasaba el rapero Izolan, y la algarabía invadió a sus compatriotas, quienes se aproximaron hacía el vehículo del artista que aspira a diputado para saludarlo.

Jesuita denuncia atropello a haitianos

En tanto, el padre Pedro Cano, representante de los jesuitas en Jimaní, denunció atropellos por parte de las autoridades hacia los haitianos.

Consideró que el plan de migración no logró su objetivo y precisó que las “trabas” las pusieron las autoridades dominicanas.