Publicado en Nacionales, hace 7 años
Son muchos los elementos que apuntan a desdibujar lo que algunos sostienen como una epopeya que consolidó la República nacida un mes antes en la Puerta del Conde.
No obstante, hay que reconocer que las huestes invasoras haitianas por el norte de la isla, no pudieron continuar hacia su destino, que no era otro que Santo Domingo para aplastar el naciente y desafiante Estado.
En eso estriba que el pueblo de Santiago, aunque en ello haya cierto regionalismo, reclame esa batalla como una de sus grandes aportes y hazañas a las mejores causas nacionales, y si alguien le resta méritos, ahí entonces está la epopeya restauradora y la conflagración del 6 de septiembre de 1863, que nadie osa cuestionar su trascendencia aunque en esta provincia esas efemérides casi ni se conocen.
Historiadores
Para el historiador y director del Archivo Histórico de Santiago, Robert Espinal, la batalla del 30 de marzo es un fenómeno a analizar con profundidad, ya que tiene sus complejidades.
Él es de los que cree que realmente no fue un enfrentamiento bélico de gran envergadura, pero reconoce que tuvo mucha significación, pero es justamente símbolo de orgullo para este pueblo.
Espinal concuerda en que un estudio a profundidad de ese acontecimiento, demuestra que no se trató de una gran batalla, por las bajas del lado dominicano, lo que se desprende de la forma que llegaron las tropas haitianas y otros elementos, que la pueden calificar como una de esas reyertas fuertes que se escenificaron entre los mismos santiagueros en Los Pepines y La Joya el pasado siglo.
“Pero tuvo su trascendencia en el hecho cierto que aquí en Santiago los haitianos fueron detenidos, fueron impedidos de lograr su objetivo de tomar la ciudad para entonces proseguir a Santo Domingo, para abortar el grito de separación y así volver a dominar todo el territorio de la isla para Haití”, indicó el historiador.
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LOS ACTOS DE HOY EN ESTA CIUDAD
Para hoy, 30 de marzo, como es tradición en esta ciudad, se celebrará una gran cantidad de actividades para honrar la efemérides en su 168 aniversario, que comenzarán desde la ocho de la mañana con el izamiento de la Bandera Nacional en el Fuerte Imbert.
Para las nueve de la mañana ha sido convocado un tedeum en el templo de La Altagracia, que será encabezado por el arzobispo Ramón Benito de la Rosa y Carpio, al que se espera la asistencia de autoridades civiles y militares, así como personalidades de diversos sectores de la sociedad, entre ellas el vicepresidente, Rafael Alburquerque.
En horas de la mañana, habrá desfiles escolares, ofrendas florales en la estatua del Patricio Juan Pablo Duarte y más tarde el desfile militar que encabezará el presidente de la República, Leonel Fernández, por la avenida 27 de Febrero.